Impedir que crucen a la península mientras se resuelven sus casos “supone que pasen en Ceuta mucho tiempo”.
Juan Carlos Arnáiz y Mª Zabala, oficiales de Protección del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Acnur, concluyeron ayer su misión de carácter técnico, viaje que realizan de forma periódica a puntos de entrada o lugares relevantes en la materia que les ocupa como las ciudades autónomas, Canarias o distintos puntos de la península.
El objetivo de estas visitas, añadieron los representantes de la Delegación en España, consiste en conocer sobre el terreno el sistema de protección internacional en general así como de los extranjeros que han solicitado asilo o bien de aquellos en posible necesidad de ser protegidos porque en su países de origen existen conflictos o riesgo de persecución.
Para su evaluación, obtener información de primera mano y poder ayudar a que mejore su situación, añadieron, se desplazaron hasta la ciudad autónoma y mantuvieron reuniones con autoridades y entidades que están relacionados con las migraciones tales como el Área de Menores, el Colegio Oficial de Abogados o la Oficina de Extranjería, entre otros. De las primeras, se dio cuenta en la edición de El Faro de ayer. Su gira finalizó con el encuentro que reunió a Arnáiz y Zabala con Carlos Guitard, director del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes, CETI. De todos ellos destacó su “buena disposición a ayudar y mejorar”.
Sin embargo, Acnur reveló su “preocupación”, por un tema “enquistado todavía”, en palabras de Arnáiz, “derivado de la política de impedir la libertad de movimiento de los solicitantes de asilo”, es decir, la posibilidad de cruzar de Ceuta a la península. Una medida que, desde la postura de Acnur, el oficial de Protección tipificó como “discriminatoria”, como ya ha comunicado la Agencia en diversas ocasiones, pero sobre todo, subrayó, tiene un “efecto perverso y disuasorio”, que queda reflejado en que muchas personas que podrían ser solicitantes de asilo se niegan a a cursar la petición porque “puede suponer que se queden en Ceuta durante muchísimo tiempo”.
En cuanto a la cifra de residentes en el CETI que necesitan de esta protección y no la han formulado por temor a que se prolongue su estancia en la ciudad, Arnáiz señaló que no se encontraba en disposición de ofrecer una cifra exacta pero sí estimó que se cuentan por decenas, fundamentalmente, procedentes de Mali, Somalia y Costa de Marfil por orden de relevancia en el colectivo. Un “número importante”, señaló. En el caso de solicitantes de Mali, Arnáiz tildó de “anómalo” la existencia de solo dos solicitantes de asilo de esa nacionalidad en el CETI.
Del mismo modo, continuó el responsable de la visita técnica, “existen casos en concreto de personas que han pedido asilo y han renunciado a la misma para poder pasar a la península”. Hecho que ya fue denunciado por este periódico.
Con los datos recopilados durante la misión que les trajo a la ciudad, elaborarán un informe que se compartirá de forma interna entre las instancias pertinentes y se elevará donde corresponda, como son las autoridades competentes en materia migratoria.
Asegurar la calidad de los procedimientos
“Vamos por el camino correcto”. Así resumió ayer Juan Carlos Arnáiz, oficial de Protección de Acnur en España, su impresión después de la visita que realizó junto a Mª Zabala a la ciudad autónoma hasta ayer. No obstante, este representante de la Agencia reconoció que existen aspectos “en los que hay que seguir avanzando”, de modo que Acnur contempla la posibilidad de regresar a Ceuta para “colaborar en materia de formación”. Por ejemplo, en la capacitación de abogados y trabajadores de los distintos centros de menores, tal y como se informó ayer. La finalidad última de estas sesiones estarían encaminadas a garantizar la “calidad de los procedimientos de asilo que implica la asistencia jurídica, de intérpretes...”.