La sociedad pública Acemsa se va a encargar de licitar por 9,5 millones de euros la ejecución de las obras de instalación del primer tramo del nuevo colector general de aguas residuales que recorrerá parte de la bahía norte de Ceuta desde el paseo de Las Palmeras hasta la estación de bombeo de San Amaro. En esta fase se instalará una conducción de algo más de dos metros de diámetro (transitable, por tanto, para facilitar su limpieza) y aproximadamente 600 de longitud entre el Poblado Marinero y el puerto pesquero.
Se trata de dar solución a un problema estructural de la ciudad autónoma. La inversión total rondará los 20 millones de euros.
Según las fuentes consultadas, la configuración actual de la estación de bombeo de La Marina que se eliminará cuando el proyecto esté completado hace que se convierta “en la parte más débil del sistema de saneamiento” de Ceuta, por lo que obliga “a un constante mantenimiento con frecuentes averías y a limpiezas del vaso y de la galería que transporta hasta allí las aguas”.
Además, por su escasa pendiente se facilita el aterramiento haciendo que la sección útil disminuya, algo que se pone especialmente de manifiesto cuando se producen precipitaciones de cierta intensidad durante las cuales la galería entra en carga produciendo vertidos al exterior”.
El nuevo colector se encargará de recoger las aguas residuales del sistema actual en la glorieta del Poblado Marinero y llevarlas hasta la nueva Estación de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR) por gravedad.
Las aguas residuales llegarán hasta la nueva estación de bombeo por gravedad
La utilización de este sistema hará que la conducción llegue a esa infraestructura “muy por debajo de la cota de entrada proyectada”, lo que obligará a “diseñar un nuevo bombeo anexo a la EBAR de San Amaro, que a su vez impulsa las aguas hasta la estación de depuración de Santa Catalina.
La actuación se financiará con el FEDER 2021-2027. Se trata de una gran inversión que forma parte del Plan Hidrológico de Tercer Ciclo de la Demarcación Hidrográfica de Ceuta de la Confederación del Guadalquivir y que forma parte de las prioridades establecidas en el Plan Nacional de Depuración, Saneamiento, Eficiencia, Ahorro y Reutilización (Plan DSEAR).
Durante los últimos quince años se ha observado un notable crecimiento del número de viviendas en diferentes áreas de la ciudad que no ha ido acompañado de un incremento en las secciones de los principales colectores de aguas residuales de la red de saneamiento.
Estos incrementos hacen que la actual sea incapaz de soportar los caudales entrantes, lo que obliga a realizar paradas de emergencia en las estaciones de impulsión situadas a lo largo de las dos bahías en los colectores norte y sur. De otro modo todo el sistema entraría en carga provocando la rotura e inundación de las zonas bajas de la ciudad.
Todas las aguas residuales que llegan a la EDAR de Santa Catalina son tratadas hasta cumplir parámetros de vertido al mar, según consta en los diferentes análisis que se remiten para su control.
La capacidad actual del sistema obliga para evitar su colapso a hacer vertidos puntuales
Con tiempo seco, las que llegan a las estaciones de impulsión se recogen y elevan hasta el siguiente tramo, por lo que no se produce ningún vertido directo al mar.
Sin embargo, en episodios lluviosos, las estaciones entran en ‘modo lluvia’, es decir que, para no colapsar el sistema, se establece el funcionamiento de una sola bomba en continuo y cuando el caudal que esta es capaz de elevar se ve sobrepasado, se produce un vertido al mar.
Según la Ciudad, “de no hacerlo así, todo el sistema sería incapaz de soportar los caudales elevados, lo que haría que entrara en carga y posteriormente hiciera colapsar los tramos más débiles de las diferentes conducciones.
El actual sistema de saneamiento de la ciudad autónoma de Ceuta consta de dos colectores básicos, el norte y el sur que recogen todas las aguas residuales y se unen en un punto en el centro. A partir de ahí una sola conducción las transporta hasta una estación de bombeo intermedia, la de la Marina, que debe estar funcionado continuamente y con su configuración actual exige un mantenimiento y limpiezas constantes. A pesar de ello, cuando se registran lluvias copiosas es frecuente que produzca vertidos al exterior.
Para resolver la problemática se ha diseñado un colector de sección suficiente, “visitable para facilitar su limpieza y con capacidad para satisfacer las demandas futuras de la ciudad”, ya que aunque de momento las fugas suelen estar ligados a las precipitaciones, “el aumento de los caudales, la sustitución de edificios de viviendas en las zonas urbanas y la obsolescencia del sistema, van a conformar el escenario para un fallo incluso en situaciones de tiempo seco”. La intervención se presume, por todo ello, clave “para evitar vertidos masivos de aguas residuales al mar y, consecuentemente, incumplimiento de la Directiva 91/271/CEE que obliga a que las aguas residuales urbanas reciban un tratamiento secundario o un proceso equivalente.
Según el Gobierno de la Ciudad, el complejo de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Santa Catalina, que incluye tanto la EBAR de San Amaro como los colectores de agua bruta impulsada y de retorno por gravedad de agua tratada, los emisarios terrestres y marítimos y la propia infraestructura anexa al cementerio, se diseñaron para una población de 120.000 habitantes equivalentes en un horizonte temporal de 25 años y para un caudal de 300 litros por habitante y día con una carga contaminante exclusivamente urbana.
El volumen máximo que la planta puede tratar, alcanza los 37.500 metros cuadrados al día. Teniendo en cuenta el esfuerzo realizado en la red de abastecimiento para evitar pérdidas, que se ha traducido en una producción diaria inferior a 20.000, se estima que la actual planta cuenta con las condiciones necesarias para gestionar, además de las aguas negras, un importante caudal de precipitaciones, hasta agotar su capacidad, evitando, en consecuencia, la parada de las estaciones de impulsión existentes en los colectores norte y sur.
De esta forma “la reducción de los vertidos incontrolados en condiciones de lluvia resulta de vital importancia para la adecuada preservación del medio marino”. El agua recuperada a través del terciario de la EDAR incide directamente sobre la base de la pirámide jerárquica, ya que se utiliza para riego y baldeo en vez de la potable.
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