La acción ejemplar de Asis: el exmilitar y estudiante de Enfermería que auxilió a dos personas en un autobús

Su experiencia de más de poco más de dos décadas en el Ejército además de sus estudios de segundo año de Enfermería le han servido muy bien a Asis Driss, un vecino de Ceuta que durante la tarde del miércoles no solo le prestó la atención debida a una persona, sino a dos, estando todos como pasajeros en el bus de la Línea 7.

Ocurrió sobre las 14:00 horas cuando Dris se dirigía a su vivienda tras una jornada de estudio, sin imaginarse que en cuestión de minutos aplicaría todo lo aprendido con dos personas que, una tras otra, requirieron de apoyo sanitario.

Tras 21 años en el Ejército, Asis se marchó a sus 45 años para comenzar un nuevo camino, esta ver como estudiante de Enfermería, algo que el miércoles le resultó útil para estabilizar a dos pasajeros que comenzaron a encontrarse mal en este trayecto.

La primera en necesitar ayuda fue una señora que estaba mareada. “Le vi la cara muy pálida entonces me levanté y le pregunté si le pasaba algo, no me contestaba y ya se estaba yendo para abajo”. Asis reaccionó rápidamente cuando notó que se aceleraban sus pulsaciones.

“Le dije que no se agobiara, que empezara a respirar, le quité el chaquetón que llevaba encima y el pañuelo, y la mujer empezó a respirar tranquila y se recuperó”.

Un joven con un ataque de epilepsia

Pero la hazaña de este exmilitar y ahora estudiante de Enfermería no había terminado ahí porque acto seguido escuchó a una mujer que gritando desde la parte de atrás del autobús pidiendo auxilio y una ambulancia. “Me giro la cabeza y me encuentro con un chaval que se estaba dando golpes en la cabeza en la silla donde estaba sentado y lo que le estaba dando era un ataque epiléptico”.

En este punto, ha querido destacar también la actuación del conductor al detener la unidad de manera inmediata y facilitar que pudiera sacar al joven afuera para colocarlo en la posición de seguridad que se requiere en estos casos, para que comenzara a calmarse.

“Al joven empezaron a darle convulsiones y lo que hice fue quitarme el chaquetón para ponérselo debajo de la cabeza para que no se diera golpes hasta que se recuperó”, ha relatado el hombre.

Tras estos episodio en cadena, llamaron al 061 y esperaron a que llegara la ambulancia.

El conductor se quedó tranquilo al saber que yo era estudiante de Enfermería y “al verme hacer mi trabajo”. Asimismo, uno de los facultativos del 061 lo reconoció y “cuando me vio me dijo que muy bien”.

Una hija orgullosa de su padre

Una vez en casa, Asis contó a su familia todo lo que había ocurrido. Aunque lo más curioso en esta historia es que si bien él no quería darle mayor importancia a su actuación, su hija de 16 años opinó lo contrario y fue ella la que se puso en contacto con El Faro orgullosa de lo que había hecho su padre.

“Cuando lo comenté en casa mis hijos se pusieron a reír, pensaban que era mentira, pero les insistí que era verdad y mi hija se puso contenta y en mi casa siempre cuando pasa algo me llaman a mí y me preguntan”, ha indicado.

A pesar de su modestia, ha asegurado que “me sentí muy orgulloso de hacer ese trabajo, me sentí muy bien, aparte las personas que estuvieron ahí en el autobús la verdad que todos me decían gracias, para mí fue un orgullo y más estudiando enfermería, un lujo”, ha expresado quien no espera que lo vean como un héroe.

Asis ha rememorado parte de su experiencia en el Ejército, esa que le sirvió en esta oportunidad para prestar una asistencia de este tipo.

“En la unidad (compañía de servicio) a la que pertenecía en el Batallón del Cuartel General yo era sanitario porque me saqué todo los cursos de sanitario, tanto de técnico de emergencias como de celador” y es que ha dejado claro que “siempre quise ser enfermero y fueron los enfermeros y médicos que tuve en la unidad los que me animaron para presentar acceso a la universidad y los enfermeros de la unidad que son capitanes fueron los que me enseñaron todo”.