Tres argelinos, E.S., M.L. y A.F., han sido absueltos de un delito leve de daños que tuvo lugar el pasado 24 de octubre en la explanada del muelle de Poniente cuando fueron detenidos por la Guardia Civil tras ser localizados en el interior de la batea de un camión al que habían accedido tras romper el precinto y forzar las cerraduras de la batea del semiremolque frigorífico. Lo que en un principio iba a ser juzgado como un delito de robo con fuerza en tentativa, giró a otro leve de daños después de que el Ministerio Fiscal modificara sus conclusiones una vez practicadas las pruebas en el acto del juicio. En la sentencia a la que ha tenido acceso El Faro se recoge que A.F., único de los tres acusados que compareció al juicio sí reconoció haber estado ese día en el interior de la batea, aunque su única intención era viajar a la península. Al entrar al camión se encontraron dentro a otros marroquíes que salieron de dicho remolque, por lo que ni él ni su compañero tuvieron necesidad de romper nada para acceder al mismo. Por tanto, de las testificales practicadas en la vista oral no se desprende que fueran los acusados quienes procedieron a fracturar los pomos de la batea para entrar en ella o las bridas de la mercancía interior. El conductor que testificó en la vista oral no pudo concretar que fuera el acusado el que abrió el precinto, pues esa misma tarde varios individuos habían abierto anteriormente el remolque. Añadió que las personas que se introdujeron en el camión no se llevaron ninguna mercancía y que la rotura de las bridas no tiene ningún valor económico. Además, la batea volvió a cerrarse, ya que no presentaba daños.
Fiscalía modificó sus conclusiones al quedar constatado que no hubo intención de robo
El agente de la Guardia Civil que intervino en la detención indicó que recibió aviso de que se escuchaban ruidos dentro de la batea y que al abrir se encontraron, ocultos entre la mercancía, a dos personas. En su opinión, se encontraban allí para pasar a la península, pese a lo cual había mercancías abiertas, aunque dijo desconocer si había algo dañado. Por tanto, si bien queda constancia de que los acusados se hallaban ocultos en el interior de la batea y que los pomos y bridas estaban rotos y sin que quede constancia de la ausencia de mercancía, no ha podido acreditarse que fueran los acusados los que provocaron esos daños, ya que ese día los testigos señalaron la presencia de numerosos inmigrantes, entre 60 y 80, algunos de los cuales habían accedido a los remolques y que huían al ser descubiertos. La magistrada también alude a que ninguno de los testigos citados a declarar pudieron asegurar haber visto a los acusados forzando la batea para acceder a su interior.