Marruecos manda en el comercio transfronterizo, en lo que a la fluidez de la mercancía se refiere. Si la Aduana ‘traga’, todos contentos: los empresarios porque dan salida a sus productos y los porteadores porque transportan sin el peso de la incertidumbre, pero también complacidas las fuerzas de seguridad porque no tienen que exponerse a ser arrollados en la avalancha. Del otro lado ningún dato llega a los periodistas de manera oficial, la ‘neblina’ oscurece la información, pero los implicados en este trasiego atípico aseguran que estos días está “abierta la veda” a los bultos conocidos como de textil de China y “lo que está por venir”.
Rodeados de cajas de mercancía, las personas inmersas en estas transacciones explican que en el país vecino, “cuando hay un turno aduanero malo, se ponen a requisar y la gente no quiere salir de uno en uno”. La táctica adoptada por la muchedumbre ante el temor a los decomisos es de sobras conocida: se sientan en la rotonda de la frontera del Tarajal, aguardan pacientemente y, cuando ven que son un número lo suficientemente grande como para presionar, ocupan la calzada y avanzan en avalancha para evadir a los aduaneros marroquíes.
Los habituales del entorno fronterizo hablan de mujeres “enfajándose” mercancía por doquier, convirtiéndose en un “zoco de textil”: chaquetas, camisas, pantalones… Los críticos con esta oleada ‘made in China’ hablan de que la Ciudad Autónoma está levantando la mano en las inspecciones, aunque nada más lejos de la realidad, como aseguran fuentes de total solvencia.
La lucha contra el fraude en la importación emprendida por las autoridades continúa con el mismo sistema. Sin embargo, en la actualidad, Servicios Tributarios realiza estas actuaciones en casos concretos, detallados y justificados. Hace unos meses, los defraudadores fueron cazados por sorpresa y, por este motivo, afloraron bastantes casos. A partir de ese momento, quienes incurrían en estas faltas, se han ido adaptando a las exigencias legales con un pago internacional bien documentado, en el que la mercancía se corresponde con su valor y que cumple todos los requisitos.
El sistema aplicado por Servicios Tributarios consiste en que si alguien intenta la importación de una mercancía que, a su juicio, es fraudulenta porque no se corresponde con la realidad, se le exige un aval por un importe en base a un tanto por ciento establecido. Cuando el importador acredita que todo se ajusta a la legalidad, éste practica la liquidación y recibe su ‘fianza’. Servicios Tributarios espera que con la aprobación de seis nuevas plazas se pueda subir un peldaño más en la lucha contra el fraude.
La interrupción de las avalanchas en estos días coincide con uno de esos turnos benévolos en la Aduana marroquí: los porteadores pasan por la frontera del Tarajal, el conocido últimamente como ‘Tarajal I’, de uno en uno y de la forma más ordenada posible teniendo en cuenta que es una actividad sin regulación específica. Por eso la antesala de la Aduana española está estos días libre de aglomeraciones humanas en exceso. De facto, existen dos tipos de porteadores: los que pasan alimentación o ferretería de manera ordenada por el ‘Tarajal II’ con la asistencia de la seguridad de la Fase II de los polígonos, y los del bulto, cientos de personas que lo hacen en avalancha y solo con la supervisión de un puñado de guardias civiles.
Pero, como vaticinan los conocedores de estos flujos comerciales, el bulto de China seguirá arribando a Ceuta ya que la comisión por bulto se ha abaratado de los 35 o 40 euros por el trayecto Madrid-Ceuta (o los 50 desde Francia a la ciudad) a los entre 15 y 25 euros que se desembolsan en la actualidad. La clave según los entendidos: la presunta laxitud actual de las inspecciones que hacen más fácil importar el bulto de China, el cual, ahoga a los empresarios que se declaran de bien.