Todos los que ya hemos visionado el vídeo del proyecto de construcción de un edificio llamado ‘El Coloso de Ceuta’ hemos coincidido en llevarnos las manos a la cabeza por la auténtica aberración que supone. Vaya por delante que en esta ciudad acostumbramos a cargarnos lo bueno que tenemos, favoreciendo construcciones que han dañado la esencia que teníamos y despreciando un patrimonio que estamos dejando morir poco a poco hasta su destrucción. Se apoyaron proyectos horrorosos como las famosas torres del Hacho, se permite la desfiguración de barriadas enteras al ser condescendientes con las construcciones ilegales y protegimos hasta el hartazgo edificaciones sin sentido a las que damos uso quizá por vergüenza, como sucedió con la Manzana del Revellín.
Pero nada ha superado el horror de apadrinar la construcción de ese edificio en pleno Sarchal, para cargarnos la imagen del Monte Hacho -lo único que nos faltaba- en una venta alocada de un proyecto que solo difunde medias verdades, que son las que de momento conocemos a través del vídeo promocional que se ha filtrado. No puede haber autoridad que dé el visto bueno a un plan que, de materializarse, tiene en su contra protecciones medioambientales y jurídicas imposibles de sortear. Y de eso sabe mucho y bien la asociación Septem Nostra, la única que dio la cara y sacó las uñas ante tropelías que pretendían llevarse a cabo en Ceuta. En algunas ocasiones las pudo frenar, en otras no.
La ciudadanía también tiene mucho que decir sobre qué modelo de tierra quiere pero, sobre todo, qué modelo va a dejar a sus hijos: o un bloque de cemento perdido a este lado del Estrecho sin historia que salvaguardar o una ciudad con encanto que se haya descatado por la restauración, por el orden y, sobre todo, por el respeto a ese espacio común que nadie tiene derecho a robarnos.
Los políticos nos venden proyectos de centros tecnológicos, de creación de nuevas empresas, de yacimientos de negocios pero no pueden obviar la intrahistoria de una ciudad tomando decisiones a su criterio, entre otras cosas porque existe un derecho que nos asiste, una capacidad de reacción que no hemos perdido aunque esté adormecida y una voz para plantear que ante los despropósitos no todo vale. Ni siquiera los proyectos de unos pocos.
Estimada y admirada Carmen Echarri: quizás no lo recuerdes o a lo mejor todavía no estabas en Ceuta. Hubo un grupo político para desgracia de mi ciudad llamado GIL que proyectó cosas peores y que nos engañaron a todos los ceutíes. ¿Dónde estaba Septem Nostra cuando dijeron que construirían un aeropuerto en la costa de Calamocarro, o un hotel de 5 estrella en los terrenos ganados al mar, o un edificio desproporcionado en Santa Catalina con una cara gigante mirando a Gibraltar, o hacer navegable la calle Jaudenes y el paseo de las Palmera? Sí, esto pasó y hay constancia de ello en proyectos con fotos simuladas y muchas cosas más. En el Sarchal no, pero si este edificio lo pusieran en otra zona de la ciudad que fuera viable, creo que sería muy interesante. Si queremos prosperar y ser modernos, este sería un buen inicio. ¡CEUTA CIUDAD AUTÓNOMA YA!
De mala idea progre toda inversión extranjera debe ser bienvenida si es que este diario quiere que la Ciudad no prospere