El pasado 10 de abril Gaspar Sarriás, Secretario de Estado en Política Territorial y miembro de la Ejecutiva Federal del Partido Socialista Obrero Español, en un articulo asume que su partido cometió muchos y varios errores, pero él mira al futuro con optimismo. Viendo el día a día de la política nacional no sé dónde mira para ver el futuro de España con optimismo, ya que cada noticia que nos da el Presidente del Gobierno nos hunde más en el pozo de la desesperación.
Estas declaraciones las hace la misma semana que Zapatero declara al Financial Times “recortaremos el déficit cueste lo que cueste”, y mientras tanto su gobierno anuncia un aumento del gasto de 25.000 millones de euros:
Martes: 600 millones para el coche eléctrico.
Miércoles: 17.000 millones para infraestructuras.
Viernes: 2.000 millones para el Decreto-Ley de Zurbano.
Domingo: 3.600 millones para la crisis griega, España deberá emitir deuda para poder prestar los 3.600 millones a Grecia.
Miércoles: 100 millones para promover la igualdad por el mundo.
El gasto desbocado del gobierno de Zapatero aumenta la percepción del riesgo sobre la deuda de España. La percepción del riesgo de impago (CPD) de la deuda pública en el primer trimestre de 2010 aumentó el 28% respecto al trimestre anterior.
El seguro contra impago de deuda (CDS) también ha aumentado en el primer trimestre de 2010 el 27% respecto al trimestre anterior.
La reforma laboral es un conjunto de sugerencias, incompleta e insuficiente, El Gobierno sigue delegando sus responsabilidades, sin hacer nada y, mientras tanto, en España hay mil personas cada día que pierden su puesto de trabajo, el sinfín de medidas menores y anuncios que no se concretan en nada de Zapatero, como los Pactos de Zurbano o la Ley de Economía Sostenible. El documento propuesto para la reforma laboral presentado por el Gobierno a los agentes sociales es un “conjunto de sugerencias, no supone ninguna decisión y no sirve para afrontar el problema del paro y la temporalidad en España.
Después de dos años sin hacer nada en este tema, vuelve a plantearse un conjunto de sugerencias sobre este asunto”.
No hay una visión de conjunto sobre las reformas que necesita el mercado laboral.
“Es un documento lleno de generalidades, incompleto, insuficiente y vago. No se habla de lo fundamental: la negociación colectiva, la formación, los nuevos contratos o los parados de larga duración”. La segunda característica del documento sobre la posibilidad de aplicar el modelo austriaco -la creación de un fondo para los supuestos en los que se produzca un despido-, ¿quién lo va a pagar?, porque si lo hace el trabajador supondría la disminución de su salario; si corriera a cargo de la empresa, habría un aumento de los costos laborales y una menor competitividad, y en caso de hacerse cargo el Gobierno, el contribuyente tendría que pagar más impuestos.