A Marruecos también se emigra

Marruecos está empezando a conseguir lo impensable. Desde 2010 se ha triplicado la cifra de emigrantes españoles al país norteafricano, según datos del Instituto Nacional de Estadística, que cifra en más de 51.000 los ciudadanos de nuestro país que se encontraban residiendo al otro lado de la frontera en el año 2012. Este número creciente de emigrantes rompe con los tópicos sobre los temas de emigración por motivos laborales. Desde mano cualificada hasta mano de obra barata aterriza en Marruecos, ya que el rey Mohammed VI promulgó en 2011 un programa de reformas, destacando el área inmobiliaria. Muchos de los profesionales han visto la oportunidad en el reino, alejándose de nuestro país debido a la falta de trabajo y sobre todo, en ese sector.
Puede que sean más los emigrantes que se encuentren en Marruecos trabajando; sin embargo, muchos de ellos no regularizan su situación en el país y conviven saliendo a la frontera española cada tres meses para así renovar sus visados turísticos. La cercanía de los dos países es uno de los factores por la que los españoles quieren seguir siendo ilegales en el país y seguir pagando la Seguridad Social en España.
Numerosos empresarios españoles se han instalado en el reino marroquí procedentes de diferentes gremios como la arquitectura, negocios, cocina… entre ellos, un empresario granadino llamado Francisco, residente en Casablanca desde 2011, la ciudad empresarial de Marruecos. Él parece tenerlo muy claro: “La empresa es riesgo y venir a Marruecos lo tiene y mucho. Hay quien lo aguanta y supera y quien no”.
A veces la tradición, las costumbres y la religión pueden con la búsqueda de El Dorado, como titulaba un documental la cadena marroquí Medi 1 Tv: Marruecos, ¿el nuevo Dorado para los españoles? Informando sobre la oleada de españoles que están probando suerte en el país africano. A destacar también el reportaje que hizo la cadena francesa en la que Francisco J. Maldonado, director de un centro cultural en Martil (Tetuán), fue uno de los protagonistas y acabó descontento con el resultado final incidiendo en el hecho de que: “la opinión pública se merece conocer mejor la realidad de los españoles que vienen a Marruecos, y no la desinformación tremendista que algunos quieren ofrecer”.
Begoña, gerente de un precioso y acogedor riad en el corazón de Chefchaouen, se enamoró de Marruecos. Un amor que ha podido plasmar en su hotel y todo lo que le rodea. “No envían CV los españoles y no es fácil tener acceso a un trabajo si eres extranjero”, añade Begoña. Recuerda el alto desempleo en el país, pero aun así destaca que “Marruecos ha crecido y ha sufrido un gran cambio en los últimos años”. Por un lado piensa que es bueno porque se mejoran las comunicaciones, el tendido eléctrico… pero por otro lado, cree que la sociedad se vuelve más consumista: “aun habiendo clase media, sigue existiendo una gran diferencia social entre ricos y pobres”.

Exceso de lujo
Francisco dirige una distribuidora de productos específicos españoles de alimentación que están orientados a restaurantes y a hoteles de alta gama. Fue viendo el crecimiento continuo en el país y, dada las pocas oportunidades en España, apostó por Marruecos. “La realidad es que la clase media crece y crece deprisa. Si la clase media crece, con ella crece el consumo y esto lleva, sí, quizás, a un lujo precipitado, precisamente por la carencia del mismo al alcance de más gente”.
Una economía que crece rápidamente y un país dividido en dos. El camino de Occidente es el que quieren alcanzar, aunque esperan que Marruecos no caiga en los mismos errores que algunos de estos países occidentales han cometido y aprendan de ellos.