El
Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta ha acogido hoy la primera sesión de un juicio que seguirá en la jornada de este jueves, en el que se acusa al llamado L.A.E.,
dentista, de un delito de imprudencia médica grave. El
Ministerio Público, en su escrito inicial, pide la libre absolución del acusado al no comprobar que hubiera imprudencia. Por otra parte, la Acusación Particular es la que acusa a L.A.E. y solicita 3 meses de prisión más un año de inhabilitación profesional. Asimismo, como responsabilidad civil exige la cantidad de 62.000 euros. De ser considerado una imprudencia, pero no grave, la Acusación exige que se le condene con 3 meses de multa a razón de 60 euros al día, y seis meses de inhabilitación profesional. En este caso seguirían exigiendo los 62.000 euros de indemnización. Los hechos a los se ha hecho referencia en este juicio, con complicaciones técnicas de la videoconferencia, se remontan al año 2017. La denunciante acudió a una clínica dental de la ciudad a realizarse un tratamiento odontológico reparador de un proceso de caries extensas no reparables y enfermedad periodontal avanzado. Así, el 7 de marzo de 2017, acudió y se le practicó una exodoncia de las piezas dentales, menos la muela de juicio, según explicó el acusado. La denunciante, no da la misma versión, e indicó que le retiraron todas las piezas dentales, incluyendo la muela. Para centrarnos en el porqué de la denuncia, el acusado explica que acude un lunes a la clínica la denunciante, sin cita previa, porque se encuentra con un gran infección provocada, supuestamente, por la muela del juicio. L.A.E. señaló que al realizarle una radiografía le receta unos antibióticos y la emplaza una semanas después para que le hiciera efecto el tratamiento y realizarle una cirugía menor y extraerle los “trozos de corona” que tiene de la muela del juicio. En este punto, la víctima, afirma que le realizaron esa radiografía, pero que no le quisieron tratar porque el doctor le dijo que se tenía que ir a la península y no podía atenderla en esos momentos. En este punto también existe mucha controversia entre la declaración del acusado y la denunciante. El dentista afirma que se pudo comprobar que existía una pequeña infección, mientras que la denunciante alega que debido a eso y a que no se le tratase le provocó una sinusitis y que “moqueaba pus”, algo que el doctor ha negado porque indicó que se hubiera comprobado a simple vista, y que en el supuesto que él no hubiera querido atenderla porque se tenía que ir, en la clínica había 4 doctores más que la hubieran atendido de urgencias. Centrándonos en la declaración del acusado, explica que nunca pudo seguir un tratamiento específico con la víctima, ya que no asistía gradualmente a las citas programadas y aparecía “sin cita previa” en muchas ocasiones y “exigiendo” que se le atendiera en el momento. Es rotundo en afirmar que no se le realizó la cirugía menor, en ese momento, porque tenía una infección que necesitaba medicación y no porque se tuviera que ir a coger un barco para desplazarse a la península. La víctima, por su parte, insiste en que le retiraron todas las piezas dentales, incluida la muela del juicio y que le dejó un raíz que le provocó todos los problemas a posteriori. Afirma que cuando acude a la clínica le realizan una radiografía tras mucho insistir y que le dice que hay un “raigoncillo” y que se lo quitaba el lunes siguiente porque “se le iba el barco”. Asimismo, señaló que nunca, “en ningún momento”, se le habló de la muela del juicio. Además que siempre asistía a todas las citas programadas, y que no acudió a la última porque “perdió la confianza en él”. Asiste a una clínica privada de la calle Jáudenes y según afirmó, el doctor le mandó un tratamiento y le dijo que la infección provenía de la muela del juicio. Este aspecto, según testificó el doctor de esa clínica, no lo puede recordar, pero sí que le mandó un TAC para un diagnóstico acertado y que nunca volvió a aparecer. Ella explica que se fue al Ingesa, y que es el doctor Enrique Roviralta el que le aconseja que tiene que ser tratada con urgencia. Este aspecto no está demostrado hasta que este jueves el doctor dé su versión. La Defensa, por su parte, quiso entrar en valor de sus diferentes trastornos psicológicos previos, para desvirtuar que la depresión grave que alega por este caso, no es tal. Asimismo ha testificado la dentista que intervino de esa infección y que puede dar algo de luz en este caso. Afirmó que nunca obligan a retirar una muela del juicio, y que siempre aconsejan al paciente a retirarla para no tener problemas en el futuro. Asimismo, que normalmente se le medica al comprobar la infección y después se le interviene al tratarse de una cirugía menor. Declaraciones que coinciden en el modo que actuó el acusado. Además, tras comprobar unas radiografías a petición de la Fiscalía, indicó que no cree que si el doctor le retiró la muela se dejara nada dentro, como así lo afirma la denunciante, sino que esa muela se le caería por las caries y se le quedó ese raigón que fue el que le dio problemas meses después. Esta vista seguirá este jueves, con la testificales de 4 testigos más, el forense y las conclusiones finales.