La Guardia Civil no cesó en la búsqueda del joven inmigrante que tristemente fue hallado sin vida en el mar, después de una entrada a nado bordeando el espigón marcada por la temeridad. Los agentes lo dieron todo en una jornada marcada por la borrasca Juan, viviéndose momentos muy complicados en esa lucha contra un mar embravecido. Tras horas de rastreo se dio con el cuerpo en la zona de Fuente Caballos tras haberse peinado toda la bahía sur.
Es el drama de la inmigración que ofrece su cara de forma constante en una Ceuta ubicada en una posición geográfica que le hace ser testigo de los peores casos asociados a esas personas que ponen en riesgo sus propias vidas con tal de escapar de su tierra.
Las circunstancias tan adversas de ayer no impidieron que muchos inmigrantes buscaran el pase a Ceuta saltando la valla o cruzando a nado a través de los espigones.
Salvamento Marítimo cooperó con la Benemérita aportando medios marítimos y también aéreos que fueron determinantes para dar con el cuerpo de este joven.
Las imágenes, por duras, no dejan de ser asimiladas como algo normal en una línea en la que chocan dos mundos distintos, dos países enfrentados y una sociedad agotada sin inyección económica con otra que es vista como una alternativa.
Esa normalidad no debe ser aceptada porque significaría que las tragedias en cadena son algo que asumimos cuando lo que se tiene que hacer es luchar y cooperar en que estas desgracias cada vez sean las menos.