La Ciudad Autónoma ha decidido tomar la iniciativa para intentar mejorar las condiciones de tránsito por la frontera del Tarajal, al menos en dirección al país vecino. Lo ha hecho con la licitación y propuesta de adjudicación (a una empresa emergente local, además) de un servicio integral para aprovechar las Tecnologías de la Información y la Comunicación con el propósito de facilitar la vida de la ciudadanía y servir al interés general.
Para eso es lo que deben servir. A falta de avances palpables en el trasiego cotidiano por el plazo gracias a la vía diplomática, que todavía no ha logrado desatascar ni la apertura de la aduana comercial ni la aplicación efectiva del régimen de viajeros, los colapsos que torturan a quienes se mueven por el Tarajal quizá se puedan aminorar con un efecto positivo inmediato para la ciudad autónoma.
Intentarlo al menos era una obligación para la Ciudad, que durante los últimos años ha hecho aportaciones más que notables al reto fronterizo con la habilitación de la explanada de embolsamiento y otras inversiones en recursos materiales y humanos con el mismo fin.
Si la aplicación para móviles que se anuncia es eficaz y útil, el beneficio no se limitará a quienes se desplazan a Marruecos evitando tiempos perdidos, sino que sin duda también favorecerá que más personas en tránsito elijan Ceuta para desplazarse al país vecino y que la oferta comercial y hostelera local se beneficie de su potencial demanda, hasta ahora baldía, durante el tiempo que deban pasar en la ciudad hasta que llegue su turno de dirigirse a los controles fronterizos.