El consejero de Comercio, Turismo, Empleo y Deporte del Gobierno de Ceuta, Nicola Cecchi, ha publicado este viernes en el BOCCE un decreto en virtud del cual acuerda dar continuidad en 2024 a la política de libertad absoluta de apertura comercial implantada hace una década en la ciudad, una línea que abandera Madrid, el PP e Isabel Díaz Ayuso. Los comercios caballas podrán abrir “todos los domingos y festivos” el año próximo.
El número mínimo de domingos y festivos en los que los comercios pueden permanecer abiertos al público es de dieciséis. No obstante, las autonomías tienen la potestad para modificar ese número en atención a sus necesidades comerciales, incrementándolo o reduciéndolo (como hace la mayoría), sin que en ningún caso se pueda limitar por debajo de diez el número mínimo de domingos y festivos de apertura autorizada.
A partir de ahí, cada comerciante determina libremente el horario correspondiente a cada domingo o día festivo en que ejerza su actividad.
Este 2023 en Andalucía, por ejemplo, se ha autorizado la apertura comercial dieciséis domingos y festivos y las Corporaciones locales podían solicitar la permuta de hasta dos. En Aragón, Asturias, Navarra, Galicia, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla y León o Cataluña han sido diez, como en Extremadura, ocho con carácter general y dos a determinar por los Ayuntamientos.
En Murcia el número ha llegado a dieciséis, como en Melilla. Euskadi “no regula el calendario de los domingos y festivos de apertura”, según el Ministerio de Industria.
Comisiones Obreras (CCOO) de Ceuta pidió en repetidas ocasiones a Vivas una vez comprobada la utilidad de la manga ancha total que reconsiderase esta política. Desde el punto de vista del sindicato los "grandes perjudicados" por este acuerdo, puesto en marcha en el año 2013 (aunque entró en vigor en 2014), son los trabajadores que “no pueden disfrutar de esos días en compañía de sus familias”.
Ese sacrificio, alertó repetidas veces, "no ha tenido incidencia ni en el empleo, ni en la actividad económica, ni el incremento del turismo", cada vez más lastrado antes de la pandemia por el progresivo estrangulamiento de la frontera desde Marruecos.
“La apertura de establecimientos comerciales se debería circunscribir a épocas muy delimitadas en el año y de manera tasada al objeto de que dicha medida no recaiga de forma exclusiva sobre las espaldas y los derechos de los trabajadores del sector", opinaba la central.
Aunque abran las 24 horas del día 365 días al año, el negocio de Ceuta está en debacle. Los funcionarios que se dan golpes de españolidad en el pecho gastan sus cuartos en la península