Fue la pasada semana. La sonrisa de la suerte pasó por Ceuta. El estanco del Revellín agració a un afortunado apostante con un millón de euros.
Y yo, que soy más malo que un dolor quise hacer de periodista camuflado e irme por la Ceuta vestida de sábado para ver las reacciones de nuestras gentes.
En el estanco de la suerte me hice pasar por un hombre tímido y apocado.
Simulé estar nervioso, reservado, sin querer decir nada mientras mascullaba que había sido el afortunado. En 10 minutos y sentado en unos de los bancos de madera comencé a llorar desconsolado: "Me ha tocado, me ha tocado". Un gentío espontaneo se abrió paso despertando el murmullo de la noticia; el ruido era tal que parecía una sinfonía de moscas, un coro de grillos ensordecedor que iba aumentando de volumen.
El paseo iba creciendo: balcones, portales, comercios, policía municipal, bomberos, cruz roja, UIR, policía nacional. A la media hora no cabía un alfiler.
Se personaron algunos concejales, directores de bancos, un representante de la Delegación del Gobierno. Era un carnaval, una feria improvisada jalonada con Villancicos, sevillanas, flamenco, coros y danzas de asociaciones de vecinos.
"Unos sospechaban de otros pues especularon que el premio pertenecía a cualquier compañero"
Agobiado por los abrazos y con dificultades para respirar por la avalancha humana logré zafarme como pude pasando desapercibido tapándome la boca con una mascarilla del COVID que encontré en unos de los bolsillos del chándal.
Cómo pude, me metí en el Mercado Central. Me acordé de "Bienvenido Mister Marshall". Pescaderías, puestos de fruta, carnicerías, ultramarinos, la churrería, los barecillos de tapas. Unos sospechaban de otros pues especularon que el premio pertenecía a cualquier compañero.
Sonó por megafonía el himno de Ceuta y el tamborilero; luego un desfile de charangas interpretando canciones de los payasos de la tele, paquito el chocolatero y el "que viva España" de Manolo Escobar.
Empezaron a llover de todos los sitios cigalas, cañaíllas, dátiles, manzanas, un jamón, polvorones, chicharrones, nueces, uvas..era como la tomatina de Buñol pero con otros productos.