A yer vi mi destino. Me trajo mi hijo un viejo recuerdo, que fue recogido de un trastero, allí llevaba guardado más de tres años.
Serían las cinco de la mañana, cuando escuché una campanada, era más que evidente que se trataba del reloj de pared, que muchas veces había escuchado, en mi antigua casa, en esa donde desde los quince años estuve con mi familia.
Recuerdo que mi padre lo trajo con una alegría tremenda, ya que era su ilusión, un recuerdo del ayer, donde deseaba tener uno, pero las circunstancias de no tener dinero le frusto tal gusto.
Pero a estas alturas, donde se veía con algo de plata en los bolsillos, fue suficiente motivación para dirigirse a un comercio de la calle Real y adquirir uno, que fuera el reflejo de esa remora que tenía en su subconsciente.
Le hizo un hueco en el salón y lo colocó para cuando estuviera allí, admirarlo.
Siempre decía: "Mis posesiones deben de tener una marca inequívoca, y la mía es colocar un reloj, de mi gusto, para poder ver bien la hora actual".
Y efectivamente era el reloj, que tanto recordaba, igual que las palabras de mi hijo: 'Papá, no funciona".
Lo observé y andaba, me quedé extrañado, ya que por la tarde, cuando me lo había enseñado mi hijo, no funcionaba, era una cosa muy rara.
Hacia mucho frío y me fui directo, primero al servicio y luego a la cama.
Y de repente vi a mi padre sentado en su sofá del salón, donde vivíamos, tenía un aspecto excelente, con una juventud de tener unos cuarenta años, y me empezó a decir:
“Nene, este reloj fue mío, durante el momento que lo vi en el interior del bazar de un buen amigo, yo no lo escogí, fue él, el que echó el ‘lazo’, pero la verdad que no le opuse mucha resistencia, igual te debe de pasar a ti, no dejarlo de lado, mimarlo y te darás cuenta que será un vínculo, donde el reloj y yo, será una sola cosa”.
Cuando tengas dudas, míralo, siempre será tu ayuda permanente, en esos instantes que desees tener una ayuda especial.
Me quedé de piedra, no sabía qué pensar, ni qué decir, además de decírselo a alguien.
¿Pero se creerían algo de lo que yo diría?
Eran tantas las dudas que nunca le dije a nadie lo que me había pasado.