Es la torpeza de los políticos. Les sucede a todos, o casi. Eso de apropiarse del dinero público para erigirse en héroes de pacotilla les viene como anillo al lado. Nos venden inversiones que se ejecutan gracias a ellos. En el caso de los divos/as aparecen en titulares atribuyéndose las gestas como ayer hizo el líder socialista Juan Gutiérrez, otras veces el mérito lo termina compartiendo el partido.
Todos en común obvian que esas partidas salen del bote municipal que engorda a base de, entre otras cosas, los impuestos que pagamos. La diferencia está en que no todos tenemos la suerte de experimentar una subida del 46% en nuestros sueldos. Qué suerte tienen los consejeros y quienes asisten a Pleno. Han roto cualquier previsión.
Nos ‘vende’ el PSOE que gracias a ellos los Bomberos van a tener nuevas instalaciones porque debido a su empeño se incluyeron esas partidas para obtener así el apoyo presupuestario. Qué lástima que ni en el Presupuesto ni en el Plan Estratégico hayan colado la puesta en marcha de una clínica de radioterapia, por ejemplo.
Vaya, qué demagoga me he vuelto. ¿A quién se le ocurriría tamaña comparativa? Quizá a alguien que le ha tocado tener a demasiadas amistades padeciendo el puñetero cáncer y narrando cómo son los viajes a la Península para recibir el tratamiento que hace tiempo se podría haber dado en Ceuta si a los mandamases se les hubiera ocurrido pensar en lo común y no en lo particular.
Sorprende la torpeza en determinados mensajes dirigidos a la prensa, esas ganas de atribuirse cosas como ahora hace el PSOE con la obra en el Parque de Bomberos. Como lleva el PP haciendo más de 20 años, atribuyéndose una mejora de Ceuta pero olvidando las inyecciones de dinero estatal, europeo y lo que nos sangran a todos los contribuyentes sin perdonar ni un impuesto, ni una multa… nada.
Esta clase política ha perdido el norte. Nunca tuvimos un nivel tan bajo en las formas, en lo intelectual y por tanto expresivo, en la presentación pública... Solo tenemos aspirantes a protagonizar un ámbito público en el que nos venden conejos sacados de chisteras buscando el aplauso de una sociedad mansa que no tiene siquiera derecho a protestar. Así estamos.