Una sonrisa es la cara de felicidad que da mucho que pensar. Es la puerta de entrada al tratamiento con cualquier persona, de ella solo se debe de esperar una fuente de confianza, un respeto hacia sus semejantes, unas ganas de que le entres y dar ese paso que siempre nos falta cuando empezamos la relación con alguien nuevo.
No miramos en esos primeros instantes si es guapo/a o feo/a, solo nos aferramos a esa empatía que captado en ese preciso instante.
Una sonrisa es el preludio de una armonía tan bella, que ni si quiera una bella canción puede transmitir a un receptor.
"Es nuestras ganas de asistir al prójimo con tanto amor, que no haga falta ninguna palabra que pueda acompañar a ese proceso de llegar muy adentro de la otra persona"
¿Quién fuera esa figura? que dándote la mano, nos regala una sonrisa que nos atrae a un mundo, donde hemos pecado de confianza, tranquilidad y creemos que nos hemos acercado a nuestro nido infantil, donde nos trataban con esa dulzura, ternura, ganas de agradar.
Somos tan románticos, que esas alas nos hacen volar hacia otra esfera donde, una sonrisa, es la escoba que nos da ese recogimiento de la limpieza, la pureza, las ganas de tener todo recogido, ante una futura visita de alguien que deseamos que esté dentro de un hogar acogedor.
Es nuestras ganas de asistir al prójimo con tanto amor, que no haga falta ninguna palabra que pueda acompañar a ese proceso de llegar muy adentro de la otra persona.
Soy una eterna figura.
Donde la confianza.
Deleitará a nuestra alma.
Dando cobijo a una armonía.
Que se quedará muy cerca de mis venas.
Esas que recorrerán todas mis entrañas.
Y darán con su palanca.
Ese entender que madura.
Dentro de toda la maraña.
De una vida.
Donde tantas patrañas.
Hemos encontrado en la vía.
Una sonrisa y la vida.
Da un salto de altura.
Hacia nuestra tranquilidad.