Hemos convertido la actividad política en una especie de debate de taberna. No, no solo pasa en Madrid en donde se ha hecho tradición mentar, y para mal, a la madre de Pedro Sánchez (qué culpa tendrá).
El debate político ha perdido la fuerza de años atrás cuando aquí mismo, en Ceuta, era un lujo ir a cubrir una sesión plenaria por el nivel casi general de todos los concejales. La hemeroteca guarda aquellas crónicas, auténticas perlas. Ya nada es lo mismo.
Buena parte de los diputados (se salvan algunas excepciones) asiste a las sesiones plenarias para calentar silla. No participan por propia voluntad (eso se llama miedo a la demostración pública de su incapacidad) y a otros parece que no les dejan hacerlo, acatan la orden o el castigo pero se llevan el sueldo calentito a casa. Son los mayores farsantes de la democracia, los piratas del siglo XXI, bucaneros de medio pelo.
Es complicado dar con cierto nivel, mucho. Pasa aquí, en donde se cuelan gritos y advertencias -hasta hace poco insultos continuados y amenazas-. Pero pasa también en debates de calado con un equipo capitaneado por Ayuso que es capaz de justificar que la presidenta autonómica llame “hijo de puta” a Sánchez en pleno Congreso.
El debate político es una mera extensión de lo que vemos en las calles, es lo que se ha permitido que entre y a eso hemos llegado porque la política se ha convertido en una escuela de aprendices que no causa siquiera respeto, tanto que cualquiera se cree capacitado para estar ahí. Esa pérdida de respeto, ese nulo reconocimiento de los límites que tiene cada uno hace que estemos ante la exposición de una fauna tan variada como irrespetuosa donde una presidenta autonómica llama en el Congreso hijo de puta a quien aspira a seguir siendo el presidente del Gobierno y los hooligan de turno la aplauden.
Eso es lo que tenemos y quizá todos en parte hemos sido responsables de esta situación tan grotesca como definitoria del tiempo en el que nos ha tocado vivir.
Una verdad y una maravillosa reflexión sobre la españa actual.
Pero su artículo esta incompleto, ha ignorado o no escucho, que el señorito Sánchez previamente, llama a la Sra. Isabel Díaz Ayuso, CORRUPTA, porque hoy le toca dar "cera" a la Presidenta de la Comunidad de Madrid.
Como se nos ve el plumero Sra.Echarri.
Toda la razón, Sra Echarri.