La Gendarmería Real de Berrechid investiga el robo cometido en Darwa, un barrio residencial habitado por agentes de policía. Durante el hecho, los delincuentes, que están todavía sin ser identificados, lograron llevarse un vehículo e intentaron lo mismo con otro pero sin éxito.
Fuentes ligadas a la investigación han indicado que estar personas se robaron un coche de fabricación coreana, propiedad de un gendarme, tras romper los cristales y arrancar el motor. Sin embargo, el intento por llevarse un segundo vehículo de fabricación alemana fue en vano debido a que el avanzado sistema de protección electrónica se los impidió.
Tras lo ocurrido, altos funcionarios de la Gendarmería Real dieron inicio a la investigación para esclarecer lo ocurrido, indagaciones que avanzan aceleradamente para poder determinar la identidad de los involucrados, para lo que cuentan con la ayuda de informantes.
También se ha dedicado a revisar todas las grabaciones de las cámaras que es encuentran ubicadas en el barrio donde viven los gendarmes y en las calles de la ciudad.
Igualmente, como parte del protocolo, se realizaron bloqueos judiciales en todas las carreteras que conducen a Darwa y a las ciudades vecinas, en busca del coche de policía robado.
Por la forma como actuaron los delincuentes se presume que los involucrados no son ladrones comunes, sino más que forman parte de una banda experimentada.
Fuentes ligadas a la investigación no descartan que los narcotraficantes boufa estén detrás de esta operación, “después del éxito de la Gendarmería Real y de la Seguridad Nacional, especialmente miembros de la División de la Policía Judicial Nacional, al liberar de su control la zona de Darwa, después de que previamente la habían convertido en fortaleza para promover todo tipo de contrabando, además de la droga boufa y la cocaína”.
No descartan que estas personas habrían planeado el robo masivo de los coches oficiales en el barrio en el que viven los gendarmes, “como parte de una operación de represalia contra ellos”, tras la detención de varios de ellos en el interior de sus escondites, durante incursiones repentinas o emboscándolos con diques judiciales, obligando a huir a otros y al resto de miembros de la red trasladarse hacia otras áreas.