Las fuerzas de seguridad han tenido que adoptar medidas para hacer frente al auge de la cibercriminalidad. Los delitos van en aumento y se necesita personal especializado para luchar contra unas prácticas delictivas que hacen mucho daño y que se nutren precisamente de engaños.
Las estafas informáticas se llevan la palma y contra ellas luchan los agentes que se mueven detrás del rastro del delito. En Ceuta se han logrado éxitos importantes como fue el desarrollo de la Operación Mammut que terminó con varios detenidos e hizo aflorar un auténtico negocio a través de internet. La clave está dar con la cúpula de responsables que hay detrás para causar un daño mayor evitando de esta manera que se produzcan más víctimas y daños.
Tras las estafas figuran las coacciones y amenazas así como los delitos contra el honor de las personas. Todo esto forma parte de una criminalidad distinta a la que habitualmente se da pero contra la que se tiene que luchar con todos los medios para evitar que se fortalezca.
El Ministerio del Interior hace tiempo que decidió publicitar por separado esta estadística acorde a una realidad complicada ajustándose a unos tiempos en los que los delitos encuentran una diversificación mayor.
A pesar de las constantes campañas de publicidad y prevención que se llevan a cabo siguen dándose casos lo que deja constancia de que la fuerza de quienes se mueven al margen de la ley sigue siendo mayor de la esperada.