Entre las barbaridades que acostumbra a eructar la muy efectiva máquina de propaganda del sanchismo, la última del presidente en funciones allende las Américas en relación con el golpe de Estado en Cataluña, independientemente de que ayer apoyara su castigo y hoy, por el chantaje por la investidura al que gozosamente se somete ya que nunca lo paga el felón, el señalar que el último golpe de estado en Cataluña no debería haber sido llevado a la Justicia, es de una ignominia que debería llevarle a los tribunales. Según el presidente traidor: “La crisis política nunca habría tenido que derivar en una acción judicial y de judicialización como la que vimos en toda esta crisis». «Lo que hemos hecho estos años ante la absoluta incomprensión de quienes habían gobernado, es devolver a la política lo que nunca debería haber salido de la política”. Que el presidente de un gobierno de un país democrático califique de «crisis política» los actos que los tribunales de justicia de su país, aplicando las leyes democráticas en vigor, han juzgado y sentenciado como graves delitos contra el orden constitucional es una declaración de guerra al Estado de Derecho. Que el presidente de un gobierno de un país democrático asuma el discurso de los golpistas para blanquear sus delitos y llame «crisis política» a los actos de sedición y malversación juzgados y sentenciados en firme es, en sí mismo, un acto de traición que merecería ser juzgado ante los tribunales de justicia .Sólo en un país en el que el mayor blanqueador de asesinos y golpistas ostenta el cargo de presidente del Gobierno es posible que se pueda escuchar al jefe de los asesinos de ETA pronunciar –con total impunidad y envuelto en la parafernalia de una “película” más de un Festival– estas palabras: “Los guardias civiles que murieron ya sabían cuál era su función. ¿No decían todo por la Patria?”, lo que es propio de un asesino en serie, un ser que debería ser exterminado de la faz del mundo de la política.
Sánchez, como el tal Puigdemont, aboga por «desjudicializar la política», esta letanía que la izquierda repite continuamente, es una auténtica barbaridad, ya que si se aplica estaremos inmersos en una dictadura. Si se sostiene que la política debe estar por encima de la justicia, lo que se está diciendo es que los políticos cuando les conviene pueden desobedecer las leyes. La ley quedaría en suspenso cuando convenga a los intereses del autócrata de turno. Este es el disparate en que nos ha embarcado el felón y que no significa otra cosa que institucionalizar la impunidad y la desigualdad entre los ciudadanos y sus dirigentes, por lo que va a destruir el ordenamiento jurídico español y a institucionalizar el olvido de los miles de delitos cometidos en Cataluña desde 2017 para encubrir la impunidad del delincuente fugado. Está meridianamente claro que Sánchez, proponiendo e impulsando la anticonstitucional amnistía para el grupo de delincuentes golpistas, se está protegiendo para que todas sus fechorías se envuelvan en un paquete político y que , en su día, no pueda ser juzgado por todos los incumplimientos anticonstitucionales que haya vulnerado después de haber prometido cumplir la CE como jefe del gobierno. Una treta más de este felón, que desbarata el estado de derecho.
La maquinaria propagandística de la Moncloa funciona a una perfección digna de una autocracia. El felón no ha mencionado la palabra amnistía y ahora es la más pronunciada por periodistas, políticos, y conocida por la ciudadanía. Y el caso es que a fuer de su repetición, parece que cada vez tiene menos importancia y esa máquina propagandística, enseguida muestra otro señuelo: el referéndum. Entonces los socialistas de Cataluña enseguida señalan a los otros separatistas, ya que ese socialismo es un separatismo a más largo plazo pero separatismo al fin y al cabo, que el referéndum no, eso es un imposible. De esa forma tan ladina, la tal amnistía va entrando en las cabezas constitucionalistas, como algo que no es tan malo, lo realmente malo es el referéndum. Todo un burdo engaño cubierto del cínico papel de que todo se hará “dentro del marco de la Constitución” y por supuesto, por “un gobierno de coalición progresista”, incorporando elementos tan reaccionarios como los comunistas, la ideología que más daño ha causado en la historia.
Todo lo anterior se vendría abajo, si el poder judicial fuera independiente y el Tribunal Constitucional no fuera un tribunal jurisdiccional que le enmendara las sentencias al Tribunal Supremo ,y solamente se ocupara de examinar las garantías constitucionales en los recursos que se le presentan y que estuviera formado por magistrados independientes de la política, en mi opinión debería ser una sala más del Tribunal Supremo. Pero esto no es así. Por ello la ignominia a la que vamos asistir, por mucho que nos escandalicemos, va a estar apoyada por el Tribunal Constitucional y ni siquiera tendremos el apoyo de la Fiscalía General del Estado, donde los fiscales no están de acuerdo con las acciones y omisiones del tal Álvaro García, el Fiscal General, del Estado que ha enmudecido ante la negociación del Gobierno con un prófugo de la justicia, cuando tiene que ser el garante del Estado de Derecho, el orden constitucional y la Ley.
La amnistía de estos delincuentes condenados, dará lugar a una hecatombe de inseguridad jurídica, que afectará a todos los ámbitos de la sociedad por erosionar uno de los pilares básicos de la sociedad, como es el de la igualdad , acrecentada por las prebendas económicas que acompañarían a la concesión de la amnistía, como según lo anunciado pueden ser: condonación de la deuda autonómica de Cataluña, indemnizaciones multimillonarias, instauración de una suerte de régimen de cupo fiscal, como los de Navarra y la provincias Vascongadas.
Ante estas perspectivas de inseguridad jurídica, la inversión internacional con su ligazón a la creación de empleo se vendrían abajo. De hecho, España es el país de la UE con mayor tasa de desempleo:13%. Las últimas estadísticas del Banco de España, revelan que la posición de inversión internacional se situó en el -56,6% del PIB en el segundo trimestre de 2023. Centrándonos más en profundidad en las perspectivas económicas, y de ser ciertas las prebendas económicas que acompañarían a la concesión de la amnistía, imponer el régimen de convenio para Cataluña pondría en jaque la continuidad de la Hacienda Pública pues nuestra estructura no está concebida para que el Cupo vasco o el Convenio navarro se extienda a otros territorios con peso económico determinante. El único modo de afrontar estos requerimientos económicos u otros similares llevaría necesariamente a incrementar la presión fiscal, que ya es desproporcionada y un auténtico lastre para la ciudadanía, y las empresas de todo tipo, lo que derivaría en un auténtico desastre económico. De igual manera si se les condona la deuda los demás vamos a asumir la deuda que se les deduce a los catalanes, porque la deuda total de las administraciones públicas no se deduce y, esto significa, de nuevo más impuestos y más deuda para el resto de CCAA. Todo ello redundaría en una ausencia de inversión, por ello el Gobierno está ofreciendo a los fondos soberanos nuestras empresas públicas y las privadas con gran participación del sector público, como trampantojo para indicar que somos un país atractivo. Pero nuestro país no es fiable como destino de inversión al poner en entredicho el Estado de Derecho, garantizado por un poder judicial independiente, lo que en España no existe. Como resumen tendríamos menor inversión, menor nivel de actividad económica, menor nivel de empleo, menor recaudación y, por tanto, agravamiento de los desequilibrios estructurales de la economía.
Que el presidente de un gobierno de un país democrático califique de «crisis política» los actos que los tribunales de justicia de su país, aplicando las leyes democráticas en vigor, han juzgado y sentenciado como graves delitos contra el orden constitucional es una declaración de guerra al Estado de Derecho
Con este panorama, Feijóo, después de venir emocionado, optimista y seguro, como no se le habían visto anteriormente y todo eso en mi opinión debido a la gran afluencia de público que acudió dos días antes a la manifestación convocada por su partido, como acto de partido a la que acudieron cerca de 65.000 personas, ha tenido que presentarse en el Congreso de los Diputados, para intentar ser investido como presidente del gobierno, lo que no ha conseguido. Realmente ha aparecido un gran líder al que no acabo de comprender, porque si ha batido dialécticamente a todos sus contrincantes y a alguno por incomparecencia, debido a su falta de educación, de ética y de dignidad, ¿cómo es que no es capaz de poner orden en su partido, que hable el mismo idioma político en toda España, no sea contrario el de Extremadura, al de Valencia y el de las islas Baleares, al de Andalucía, se comprometa a la implantación del español como lengua vehicular de comunicación en toda España, como dice la Constitución y explique que significa lo del “encaje” de Cataluña. Es decir, porqué no es capaz de dirigir su partido en una sola dirección y pueda ofrecer a todos los españoles un programa concreto, sobre lo que hará si llega a ser presidente del gobierno, con la misma claridad que ha derrotado en las Cortes a la izquierda, aun cuando no haya conseguido los votos suficientes?. En este debate yo he visto un gran líder dialécticamente, Feijóo, y un Abascal muy ensombrecido, no sé si ha sido por ir a remolque de la suma de votos al PP, y una izquierda rebuzníl, con un nivel de chulos de barrio. Realmente me ha avergonzado el ver el nivel de la izquierda en nuestro parlamento. Y como no hablar del líder del socialismo, ¿cómo es posible que haya llegado a pensar que el no enfrentarse al líder de la derecha, es un gran acto de habilidad y sorpresa propio de un jefe de gobierno de un país democrático?
Ahora Feijóo ya debe saber con qué clase de individuo debe trillar, el tal Sánchez, un tipo sin educación democrática e indigno de su cargo, que no ha tenido el respeto al Congreso ni la educación de contestar a Feijóoo. Quien ha sido despreciado ha sido Sánchez, al demostrar que no puede llegar a ser el digno presidente que España necesita.
A este fulano el Rey le ha dado la oportunidad de ser, de nuevo, presidente del gobierno con los votos que Feijóo ha despreciado. Por ahora sin fecha de investidura mientras mercadea con sus socios, los delincuentes, entre ellos un tal Puigdemont, que ha publicado en su cuenta personal de Instagram una imagen bocabajo del Rey Felipe VI por el aniversario de su discurso del 3 de octubre de 2017, con el mensaje : «Hoy hace seis años, de noche, Felipe VI decidió poner a la Corona al frente de la represión, y envió en directo un mensaje claro a la población catalana: que iría a por ellos», mandando un claro mensaje de falta de respeto a la institución de la Corona. Creo sinceramente que el Rey, que de acuerdo con el art 56 de la CE “arbitra y modera el funcionamiento normal de las instituciones”, se ha equivocado, pues al no tener el felón los votos suficientes para su investidura, ya que sus posibles apoyos no han pasado por el Palacio de la Zarzuela, el Rey debiera haberlos ignorado y haber convocado elecciones generales. Ojalá yo esté equivocado, los españoles no nos merecemos a este truhan un solo minuto más en la presidencia del gobierno. Otros discrepan de esta opinión al señalar que el Rey no puede enmendar lo que el pueblo ha hecho mal, no me hagan preguntar de nuevo para qué sirve el Rey. Espero que cuando estas líneas se publiquen el próximo Domingo 8 de Octubre, la Manifestación de Barcelona, convocada por Sociedad Civil Catalana la misma organización que congregó a un millón de personas en un 8 de Octubre histórico para lograr el descarrilamiento del golpe encabezado por Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, sea un éxito, pero estoy seguro que a muchos les hubiera gustado, como ya ocurrió en 2017, el apoyo de su Rey.