Tras la fallida investidura de Alberto Núñez Feijóo, estamos metidos de lleno en la investidura de Pedro Sánchez. Poco más de mes y medio tiene para intentarlo. Como en toda negociación, hay varias etapas. En este momento estaríamos en la primera etapa. Para mí es la del histrionismo. O lo que es lo mismo, la de llamar la atención como sea. Y aquí pueden intervenir personajes de todo el espectro político y mediático. Es lo que estamos viendo y sufriendo.
Los casos más llamativos del lado de la izquierda han sido las soflamas de Felipe González y Alfonso Guerra, a propósito de una supuesta ley de amnistía que nadie conoce aún. Y en los últimos días ha aparecido en escena la tercera pata del banco, a saber, el señor Rodríguez Ibarra, para comparar la amnistía con violar a 40 millones de españoles. Ahí queda eso. Por el lado de la derecha saca nota Feijóo, que dice que nos espera mucho teatro y muchas mentiras, después del mes largo que nos ha hecho perder y de las mentiras que ha dicho y sigue diciendo. Difícil que nadie le supere. Y luego hay otros personajes, como Ayuso, Aznar o Abascal, que también hacen esfuerzos denodados por llamar la atención. Y en el lado mediático, destacan Jiménez Losantos, o Carlos Herrera, que compiten entre ellos para ver el que saca los mejores y más ofensivos titulares contra Pedro Sánchez.
El trastorno histriónico de la personalidad (THP) es un trastorno psiquiátrico caracterizado por conductas de búsqueda de atención, reacción emocional exagerada y comportamiento seductor. Todas las personas que padecen este trastorno quieren ser el alma de la fiesta, y suelen ser muy dramáticas y teatrales. Continuamente necesitan la aprobación de los demás y se sienten incómodas si no son el centro de atención. También suelen ser manipuladoras y cambian con facilidad sus emociones. Si estas personas no reciben tratamiento médico, sus patrones destructivos continuarán dificultando las relaciones con los demás.
Por tanto, como estamos en la fase del histrionismo, ya no importan tanto otras noticias menos llamativas. Por ejemplo, la evolución del mercado laboral. Así, el paro registrado subió casi en 20 mil personas respecto a agosto, aunque en términos desestacionalizados baja casi en 4 mil personas. Cuando bajaba el paro registrado, la derecha nos decía que las estadísticas estaban maquilladas. En este mes ha subido y no dicen nada. Tampoco nos dicen nada respecto al hecho cierto de que el paro se ha reducido en 219 mil personas en el último año, para situarse en 2,72 millones, que es el nivel más bajo de este mes en los últimos 15 años.
Respecto al empleo creado, la población afiliada a la Seguridad Social ha alcanzado su máximo en un mes de septiembre, situándose en 20,72 millones, que supone un aumento de 18 mil personas respecto al mes anterior. Es decir, se mantiene la creación estructural de empleo, ya que en términos desestacionalizados también aumenta el empleo en 13 mil personas. También hay 545 mil afiliados más que hace un año. Y, pese a que septiembre sueles ser un mes de transición en lo laboral, la reforma laboral ha atenuado los picos de contratación y despido en algunos sectores. La creación de empleo está encabezada por educación, pero se reduce en comercio, administración pública y hostelería.
Lo anterior me lleva a la conclusión de que todo trascurre como estaba previsto. Pedro Sánchez se va a mantener de presidente de turno del Consejo de la Unión Europea durante todo el semestre. Y esto va a tener unas consecuencias muy positivas en el ámbito laboral, pues se está priorizando el diálogo social y la negociación colectiva, el trabajo decente y la economía social. Y siguen adelante otras propuestas de directivas sobre plataformas digitales, revisión de directivas sobre exposición al amianto y al plomo, revisión de la Directiva sobre Comités de Empresa Europeo, fomento de acuerdos colectivos europeos sobre teletrabajo y derecho a la desconexión, y otros documentos no vinculantes sobre democracia en la empresa y relación entre precariedad y salud mental. De todo esto hablé en un artículo anterior (Lecciones del 23 de julio), al que me remito.
Y en el ámbito más doméstico, las negociaciones se siguen produciendo de forma discreta. Hacen bien en mantener la discreción, visto lo visto. Pero ya adelantaba el diario El País que el Tribunal Constitucional admitía que la amnistía era constitucional hasta en 22 Sentencias. Leí con atención esta crónica, aunque no profundicé en las Sentencias, y me pareció muy oportuna la noticia. Pronto, cuando se vayan concretando el contenido de lo negociado, el foco mediático estará sobre este contenido. Ahí tendrán menos oportunidades los histriónicos para llamar la atención, pues tendrán que retratarse con su opinión sobre cuestiones concretas. Y esto es más complicado para muchas personas que viven del espectáculo, la farándula y el esperpento.
A partir de ahí, podremos comenzar a pensar, con más conocimiento de causa, en si habrá o no gobierno progresista de coalición. También podremos analizar si lo negociado respeta o no el marco constitucional. Mientras tanto, lo mejor es seguir la evolución de los acontecimientos con el máximo interés, pero también con la mayor discreción. La peor opción sería que repitiéramos las elecciones a principios de 2024.