Era agosto de 2022. Una tarde cualquiera de verano que terminó con dos sucesos de impacto consecutivos en Ceuta. A unos tiros perpetrados contra una vivienda en Benzú con ánimo de atentar contra la vida de quien estaba allí guarecido se sumaría, 24 horas después, un robo violento.
El primer caso se archivó y este segundo ha obtenido este miércoles sentencia judicial con la condena solo de uno de los dos acusados, el que ha reconocido los hechos. Los dos están en prisión pero por otras causas que nada tienen que ver con este asunto.
Así, la magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 1 ha condenado al llamado N.M.A. a una pena de 2 años de cárcel que queda suspendida durante un periodo de tres por la comisión de un delito de robo con fuerza en casa habitada. El otro de los acusados, A.M.B., ha quedado absuelto habiéndose acogido a su derecho a no declarar.
El relato de hechos de esta sentencia, que no es firme aunque se produjera un reconocimiento ya que la acusación particular mostró interés en personarse para lo que tiene un plazo de 5 días, se ciñe únicamente a la participación de N.M.A. en un robo en casa habitada eliminando el empleo de pistola para amedrentar a sus moradores.
Consta probado que se apropió de teléfonos móviles y una cartera pero no que empleara arma de fuego para ello por lo que se retiró del escrito de calificación inicial la existencia de un delito de tenencia ilícita de armas.
Resolución judicial
Así se resuelve judicialmente este asunto, con una crónica bien alejada de lo narrado en su día cuando la UIP y la UDYCO tuvieron que acudir hasta en dos ocasiones a la barriada. Primero por unos disparos contra una vivienda sin alcanzar a objetivo alguno por lo que se consideraron los hechos como una tentativa de homicidio; después por ese robo para cuya realización dijo la Policía que habían introducido un arma por la ventana aunque este extremo no ha sido incluido en la calificación final.
La propia Jefatura Superior de Policía Nacional terminó enmarcando estos hechos en la denominada Operación Plomo, la que se puso en marcha para erradicar las bandas que se habían enzarzado a disparos focalizando su actividad criminal sobre todo en las barriadas del Príncipe y de Los Rosales.