Después de muchos meses sin la posibilidad de ir al cine esta tarde he vuelto. Decidimos ver Barbie, de la que me han llegado toda clase de críticas: que es simplista, que no es para niños, que critica los estereotipos o que los perpetúa…
Como profesora de Filosofía me he topado con dos mundos, ineludiblemente recordando a Platón por su dualidad, pero poco más. El dualismo de los mundos (sensible e inteligible) hunde sus raíces en el dualismo de la secta de los pitagóricos e implica la polaridad del bien y del mal, del día y de la noche, e incluso de lo masculino y femenino respectivamente.
Sin embargo, en los dos mundos que se muestran en la película Barbie destaca sobre todo lo negativo, según entiendo. Voy a explicar por qué.
El mundo real se caracteriza por el dominio del patriarcado, un mundo en donde a la mujer se la infravalora al tiempo que se le exige ser buena en todo. Son muchos los obstáculos que hay que superar. Pero en el mundo de Barbie, donde Ken solo desempeña un papel secundario, amigo de Barbie, el hombre no deja de ser un mero complemento, como el coche o la mascota. El propio Ken en un momento de la película pretende implantar el patriarcado que ha observado en el mundo real y que en un principio le parece la solución mágica a todos sus problemas existenciales. Pero no.
Volvamos a Barbie, una creación de un personaje femenino que según su creadora, Ruth Handler, que la llamó como a su hija, tenía el objetivo de empoderar a la mujer, se le olvidó que vivimos en un mundo compartido, tanto hombres como mujeres.
Barbie representa el estereotipo de la mujer que se vale por sí misma, que es joven, de curvas acentuadas y gran frivolidad. Los sentimientos existentes en el mundo real nos humanizan.
Sinceramente no me gustan ni el mundo real que me ha tocado vivir con su gran complejidad y violencia servida en diversos formatos, ni el mundo rosa, cursi en que el protagonismo de la mujer eclipsa cualquier otra opción. Recordemos que en el mundo real ni siquiera existen dos opciones posibles.
El mito de la caverna se ha sustituido por el mito Mattel. Me quedo con el primero, sin duda.
Isabel María Cano Pérez
Licenciada en Filosofía y Ciencias de la educación por la Universidad de Sevilla (US). .Ha impartido docencia en un Colegio privado desde 1995 hasta 2019, momento en que empezó como funcionaria interina en IES de Sevilla, Málaga, Huelva y Ceuta,