La familia Aranda Maese tenía bien marcado el 23 de julio en el calendario. Aunque sabían que ese día se celebrarían elecciones generales, Francisco y Rocío querían bautizar a la pequeña Noa en la iglesia de Santa Teresa de Ceuta, y esa era la única fecha que tenían disponible.
Así pues, sorprendidos por la coincidencia, decidieron aceptar.
Cuenta su padre, al que conocen cariñosamente como Paco, que tampoco tuvieron mucho más remedio. “Antes de empezar a trabajar quiero tener todo listo”, explicaba entusiasmado momentos antes de la ceremonia, mientras Noa, risueña, pasaba de brazo en brazo entre sus familiares.
En todo caso, la cita con las urnas les ha venido hasta bien, ya que ellos, al igual que muchos de sus invitados, contaban con que esta circunstancia les permitiese encontrar fácilmente un sitio para comer. A votar, ya irán después, lo importante es el bautizo.
“Nos pareció bien porque pensamos que así no iba a haber mucha gente, están las calles tranquilas, no tenemos ningún problema de nada, tampoco hemos reservado nada para comer porque la gente estará en la playa, así que ha sido la mejor fecha”, reflexionaba la madre de la pequeña, Rocío, sobre las ventajas del día elegido.
Así, mientras muchos vecinos se dirigían al colegio electoral, la familia de Noa se ha reunido para celebrar tan íntimo momento juntos. La protagonista ha disfrutado de las atenciones de los suyos y ha aguantado tranquila en una ceremonia llena de risas cómplices y ternura que ha resignificado el 23J para los presentes.
"La anécdota de la familia"
Su madre aseguraba divertida que va a ser “la anécdota de la familia” después de que su hermano mayor, Fran, se bautizase en plena pandemia. Ahora cada uno tiene su propia historia.
Y mientras esperan a poder contársela a la pequeña, sus padrinos, Belén Aranda y Jesús Maese, ya imaginan una vida llena de cariño para ella, “como con el hermano, todo el día con ella y haciéndole de todo”.
“Vamos a ayudar en lo que se pueda, para lo que los padres nos pidan ahí estaremos”, prometían antes de confesar que su papel también incluirá darle algún que otro caprichito a su ahijada.
Y es que la vida a veces tiene estas coincidencias y solo el futuro dirá dónde estará Noa dentro de cuatro años, cuando se celebren -presumiblemente- las próximas elecciones generales.