La Consejería de Fomento de Ceuta ha ordenado a la Comunidad de Propietarios del Edificio Colores que apuntalen los ábacos de todos los pilares que han visto sus forjados afectados por el incendio que calcinó buena parte de su entreplanta desde el viernes a primera hora de la tarde hasta el lunes por la mañana, cuando el fuego se dio por extinguido.
El decreto suscrito por Alejandro Ramírez a la luz de los informes emitidos, de profundidad limitada debido a las dificultades que el calor y el humo han seguido generando para hacer una inspección en profundidad por parte de los técnicos del inmueble, establece que dicho apuntalamiento deberá hacerse en cuanto termine el desescombro y limpieza los restos que quedan en el antiguo almacén comercial, tareas que de momento impide la Policía Científica para intentar esclarecer el origen de las llamas.
La Comunidad también deberá designar “técnicos competentes” para elaborar “un estudio de las patologías existentes en la estructura” que concrete “claramente” los daños producidos por el incendio y determine “la capacidad portante” de la misma, así como las reparaciones que sería preciso efectuar en la misma.
Estos datos servirán de base “para la realización de un proyecto técnico que contemple las posibles soluciones a los problemas estructurales observados y reparación de las instalaciones técnicas necesarias”.
Fomento ha exigido también la colocación de una doble red de seguridad en toda la fachada que ha podido sufrir afectación por las temperaturas alcanzadas durante el incendio, más de mil grados en el interior, debido a que la singular fachada del inmueble está formada por “paneles fenólicos atornillados a una estructura metálica secundaria” que si bien en una primera inspección no parece mostrar daños, sí pudiera tenerlos.
Edificio Colores, afectado por el incendio
Con carácter “inmediato” el Ejecutivo local ha ordenado delimitar un “área restringida” entre el cruce de las calles Real y Martín Cebollino en la cual se prohíbe “toda actividad, así como el paso de peatones”. También la colocación de un vallado fijo y permanente, la clausura de toda actividad en la planta baja, la entreplanta y la primera planta de viviendas “hasta su total rehabilitación”.
Igualmente se ha decretado el corte de los suministros de electricidad, agua y telefonía “hasta no se tenga la certeza de que no se producirán nuevos conatos de incendios por fallos en las diferentes instalaciones, y siempre en aras de preservar la seguridad del inmueble ante el riesgo de nuevos conatos de incendios”.
Todas estas medidas se han adoptado tras dos visitas de técnicos en las que solo ha podido hacerse “una valoración de los principales daños observados, a fin de tomar cautelares en cuanto a la estabilidad estructural del edificio y seguridad respecto a los viandantes”.
Los técnicos consideran que “posiblemente, en visitas más detalladas cuando las condiciones ambientales del local lo permitan, podrán observarse nuevas patologías o daños, a nivel de instalaciones, revestimientos, impermeabilizaciones, etcétera, dada la gran magnitud del incendio ocurrido”.