A lo grande. Así ha cerrado el curso el alumnado del IES Almina de Ceuta. Los jóvenes han dado carpetazo a sus respectivas etapas educativas -ESO, Bachillerato y Formación Profesional- en una gran fiesta de la que ha sido testigo, al límite de su aforo, el Auditorio de la Marina.
Allí, muchos de ellos se han congregado junto a sus familias horas antes de que comenzara siquiera el evento. Había nervios y mucha ilusión, vestidos y trajes comprados para la ocasión y horas y horas de manicura y peluquería para estar radiantes en su gran día.
Poco a poco La Marina se ha ido llenando hasta no caber ni un alma en el auditorio, que ha puesto al límite su aforo máximo. Los últimos en llegar optaron por quedarse de pie, todo por acompañar a los jóvenes en uno de los días más importantes de su vida estudiantil.
La vista era imponente, pero vítores, aplausos y una melodía triunfal han reconfortado a los jóvenes a su entrada por el pasillo central. Ellos eran los protagonistas y así se lo han hecho saber los suyos.
También se lo ha recordado Francisco Javier Rodríguez Rodríguez, su director, que ha aprovechado la ocasión para informar de su cese en el cargo y desear a sus pupilos que se queden con todas las enseñanzas adquiridas durante este tiempo.
Ellos también tuvieron su momento y realizaron una ristra de divertidos discursos 'canallitas' en los que han hablado sin tapujos de la vagancia, de las pruebas de acceso a la universidad e incluso de la posible resaca del día siguiente. Uno de los incontables momentos que arrancaron las risas de los presentes.
Ya en un tono más serio y emotivo han dedicado un fotomontaje en vídeo a Rodríguez durante el cual una alumna puso la música en directo en una conmovida actuación.
Finalmente ha llegado el momento más esperado: el de colgarse la ansiada banda de color rojo o azul con la que llevaban meses -e incluso años- soñando. A ninguno se le ha escapado la importancia de este gesto, mucho menos a sus progenitores, que han vivido con emoción tan trascendental instante para sus hijos.
La cinta representa el fin de su estancia en el 'Almina' y el inicio de una etapa completamente distinta y que marcará de manera inequívoca su futuro, tanto personal como laboral.
En mi época había más sacrificio, más disciplina, y más estudio y no como ahora, nada más que pamplinas.