La Hermandad del Rocío de Ceuta ha celebrado en la mañana de este domingo su tradicional Misa de Romero en el santuario de Nuestra Señora de África.
El acto ha quedado un tanto descafeinado porque, debido a las condiciones meteorológicas, se ha tenido que suspender la procesión que cada año se lleva a cabo previa a su salida a la península para realizar su camino hasta las plantas de la Blanca Paloma.
Como viene siendo habitual, en la tarde del sábado previo a la salida se realizó el traslado del simpecado desde su sede canónica, la parroquia de Santa Teresa, hasta la iglesia de África, acto que no se vio afectado por la lluvia y que se desarrolló con total normalidad y devoción por parte de los romeros caballas.
En cuanto a la misa realizada en la mañana de este domingo, esta se ha realizado con la presencia de varias autoridades civiles y eclesiásticas como por ejemplo el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y el vicario general de Ceuta, Francisco Jesús Fernández Alcedo, el cual ha sido el encargado de oficiar el acto religioso.
En ella no han faltado las sevillanas y los vestidos de flamenca y de corto, para dar a entender que se daba el pistoletazo de salida a una romería que llevará a los peregrinos caballas hasta la aldea almonteña del Rocío tras cruzar el Estrecho hasta la localidad gaditana de Algeciras, pasar el Guadalquivir por Sanlúcar y pasar por Doñana para desembocar en las marismas onubenses.
Un acto muy emotivo que, debido a las condiciones meteorológicas adversas, no ha podido quedar culminado con la tradicional procesión que llevan a cabo los ceutíes por las calles de la localidad anunciando la salida de una Hermandad con solera y mucha historia que se ha hecho un gran hueco entre las corporaciones filiales de la romería.
Este lunes será el momento para que los romeros de la ciudad autónoma tomen rumbo a la península y comiencen su camino que les llevará por senderos y arenas para llegar un año más hasta las plantas de la Blanca Paloma y hacer realidad ese sueño de ver procesionar a la Virgen del Rocío por su aldea mientras esperan el paso de la Reina de las Marismas por su simpecado y poder pregonarle de nuevo esos “¡vivas!” muy esperados por todos.