Nadie sabe nada y nadie ha visto nada. La víctima de unos disparos ocurridos el 19 de septiembre de 2022 en el Príncipe, la misma que entonces señaló a los autores de las heridas que sufrió en una mano y en la pierna, ha declarado este jueves ante la magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Ceuta que culpó a la banda de ‘Piolín’ porque le había amenazado Nayim ‘Tayena’.
Este último, asesinado en la Península, no puede ser citado para negar tal aseveración. La víctima niega ahora una y otra vez que supiera en algún momento la identidad de quienes le causaron una deformidad en la mano y cicatrices en una pierna. Su declaración en instrucción no fue esa, ni tampoco la que dio a la Policía la noche del suceso. Pero este jueves ha insistido ante las reiteradas preguntas del Ministerio Fiscal que contó lo que contó porque “me amenazaron para decir eso”. “No les pude ver, estoy seguro”, ha dicho.
Esas supuestas amenazas de entonces que no pueden ser corroboradas porque falta el autor ni tampoco fueron denunciadas ni ante la UDYCO ni ante el juez le han servido a la víctima para negar todo lo manifestado en su día, todo lo que derivó que hoy estén en el banquillo como acusados los apodados ‘Piolín’ y ‘Castaña’ además de los llamados O.A.M. y A.B.M.
Los hechos narrados y ahora negados
Según aquellas manifestaciones, O.A.M. y A.B.M. se pusieron de acuerdo con los otros dos acusados para atentar contra la víctima por problemas previos con las personas con las que esta se relacionaba. Así le indicaron que le acompañaran a casa de ‘Piolín’ para hablar con él cuando, llegando a un callejón, el apodado ‘Castaña’ salió para dispararle.
De esa supuesta emboscada, por la que Fiscalía reclama 7 años de prisión para cada acusado por lesiones y tenencia ilícita de armas, hoy no queda nada. Solo la negativa a que aquello fuera así y la insistencia de la víctima en que ahora “estoy completamente seguro de que no es verdad” porque “ahora no está esa persona que me había amenazado”.
Los acusados han negado su participación en los hechos. Así, O.A.M. y A.B.M., que supuestamente habrían engañado a la víctima para conducirla hasta el escenario del ataque, han manifestado que estaban con este vecino del barrio y que a todos se les disparó por parte de un encapuchado. Huyeron sin identificar a nadie.
Han negado que hubieran sido partícipes de una emboscada o que pertenecieran de alguna manera a la banda de ‘Piolín’. El apodado ‘Castaña’ ha negado su ubicación en los hechos y su participación mientras que el considerado líder de la organización, fugitivo hasta hace unas semanas, ha negado también que urdiera el plan para engañar a la víctima, instándole a acudir a su vivienda.
Sin testigos, suspensión a falta de la última oportunidad
Hoy, meses después de aquello, nadie vio nada, nadie sabe nada y nadie dice que hablara con la Policía para, en caliente, contar lo que habían visto. Pero los agentes sí que esa misma noche recabaron testimonios que verificaban que efectivamente había habido varias detonaciones, que alguien se llevó los casquillos para que la Policía Científica no los encontrara y que se produjo una discusión en un callejón camino a la vivienda de ‘Piolín’.
Todo eso quedó recogido en el atestado, como también se recogieron las declaraciones tomadas por otros policías en el hospital en donde estaba siendo atendida la víctima.
Si la UDYCO trabajó en la posibilidad de que esta banda hubiera sido la artífice de este tiroteo es porque in situ se dijeron esos nombres.
La vista judicial ha quedado suspendida al no haberse localizado a una persona perfectamente identificada a la que está resultando imposible citar y que manifestó haber visto al pistolero escapar del lugar a cara descubierta.
La vida paralela e irreal que se cuenta en los juzgados: amnesia y amenazas
En este segundo juicio que tiene como protagonista a ‘Piolín’ y miembros de su banda se repiten las mismas claves. Resulta que a la persona más conocida mediáticamente y más buscada por las fuerzas de seguridad no solo nadie le conoce físicamente sino que además parecen desconocer que Ceuta vivía una cadena de hechos delictivos tan desgraciados como que terminaron con la vida de dos personas.
Esa vida paralela es la que se cuenta en los juzgados, de personas que parecen no leer noticias ni consultar foros de redes sociales cuando estos arden cada vez que se produce un incidente. De personas que aun viviendo en el barrio del Príncipe dicen no saber de incursiones policiales ni de operaciones ni de lo sucedido.
Las denuncias y señalamientos recogidos en caliente que apuntaban siempre a las mismas personas chocan después con testigos y víctimas que ahora no reconocen a los autores, que ni siquiera reclaman por los daños sufridos y que reniegan de lo manifestado en sede policial y judicial por ellos mismos.
De trasfondo queda todo el enorme trabajo policial, con implicación de agentes a los que se les ha llegado a señalar con nombres y apellidos, se les ha difamado en redes sociales, se ha mentado a sus familias o se ha atacado sus bienes, y la constante labor judicial por sacar adelante los procedimientos con personas que se desdicen de lo manifestado en instrucción y que en la fase estelar que supone la celebración de la vista oral se quedan amnésicos o confiesan lo que nunca denunciaron: estaban amenazados.
Eso era de cobrar la peonada de arar en el campo hombre, tendrán la espalda machacaita...😂
Ves los narcos de la tele y luego los elementos estos, con sus motes y hechuras y es para echarte a reír, gente ridícula