Me fijé en mi rostro y empecé a pensar. Tanto tiempo juntos y nunca pude verte con esa facha de viejo. ¿Será por el gran tiempo que llevamos juntos?. Tantos que nunca nos vemos con mala cara, solo la misma de ayer, y eso fue hace un rato, cuando me fui a afeitar o lavarme la cara.
No sé por qué me tienen que hacer una foto de estudio, si yo te puedo decir que soy tan guapo o feo, según quién me mire y yo como estoy aquí, pues puedo opinar, de primera mano, que ya me he acostumbrado a esa impronta de mi vista y no le pongo faltas, ya que me deprimiria. Y para que debo de estar en ese estado, y es lo que he recibido y así llevo toda mi vida. Yo no quiero decir nada, pero estoy muy feliz y eso es lo que cuenta, y lo demás no me importa nada. Ayer estuve dando clases y tanto los nenes como los mayores salieron contentos, de esos momentos donde les hice pensar un ratito en las ideas que deben de tener claras sobre lo que deben de hacer cuando están delante de un tablero.
Y yo pensaba: es lo mismo que me pasa a mí, sin un plan de ataque, no sería absolutamente nada y entonces, eso es lo que hay que hacer, buscar cosas que hacer y no dejar de lado todo lo que uno hace.
Que bella es la vida, cuando uno lo tiene claro. Que siento guapo o feo, lo principal es lo que uno siente por dentro. Estar lleno de esa plena tranquilidad, que deseamos tener todo lo que queremos ser; en el futuro, en el pasado o en el presente.
No importan los incidentes, todos lo tenemos presentes, más son solo unos inconvenientes que se van librando poco a poco. Y eso sí, con la cara de felicidad, sea guapa o fea, pero sin dejar de pensar que es la que tenemos y que no podemos plasmar otra, por falta de dinero y no poder ir al quirófano que nos ayudaría a tener otro aspecto.
Pero ¿quién nos garantizaría que fuéramos más felices entonces?. Cada uno sabe serlo con lo que tiene y lo demás hay que dejarlo aparcado.
Yo de momento voy a salir a que me dé el aire, pararme con los conocidos y hablar de lo que encarte, y seguro que saldrá el chiste y la felicidad a relucir y volverá esa sonrisa a nuestros semejantes y también, no hay que olvidar a nuestro rostro, ese que siempre hemos tenido y que lo tendremos hasta el final de nuestra permanencia en este lugar de la Tierra, que se llama Ciudad Autónoma de Ceuta.