Son las seis de la mañana. Las calles no están puestas pero comienza a apuntar el día y la oscuridad se va apagando por el amanecer de la primavera.
Mi amigo Pedro Toro me llama siempre con la misma canción espantando el sueño de Morfeo: "que alegría cuando me dijeroooon". Hay que ponerse en pie: ducha, medicación. Primer café de urgencias, paseo a mí perra ABBY en la marina ensuciada por los puercos de la noche. Comida, botellas, papeles, cacas. Habemus sociedad enferma.
Abby saluda a los empleados de la limpieza como dándole las gracias.
Pedro ya ha alimentado a los gatos de su barrio, luego al del Camoens que vive en el instituto de ocupa.
Suena el Teléfono, Pedro despierta a la peña y las persianas automáticas abren las balsas para preparar el día. Mientras Andrés, el Jefe, hace sus cuentas de la jornada, a persiana cerrada ya estamos todos dentro: El Pedro que se irá 12 horas a trabajar en plena inclusión, Jorge a currar horas y horas en donde le toque la jornada. Es uno de los hombres más guapos de Ceuta con una Guasa y un corazón que no le cabe en el pecho. Un servidor con chistes verdes para dar y tomar. De vez en cuando llega Dani, el canijo, muerto de sueño pero dispuesto a la faena...un señor que trabaja en la hidroeléctrica nos observará alucinado como todas las mañanas.
Y comienza un espectáculo de 60 minutos que quita el sentío. Eros, el perro lanudo de Jorge se relame esperando que Pedro lo cebe a queso, tomate, ajos, pan, paté, sobrasada, atún, comida de gato, huevo, salchichas y. Chicharrones. Las cagaleras están garantizadas.
De la cocina comienzan a salir los bocatas de la tropa y , últimamente los platos marroquíes con los que comes para todo el día.
Nos arremolinamos en la barra cantando, bailando, dándonos abrazos, tarareando canciones de todo tipo y haciendo algún que otro Tik tok. Entramos en la cocina para animar a Andrés mientras mete a la plancha las comandas del equipo. Rula el anís del mono, cafés, carajillos y cualquier novedad gastronómica.
Se pone la tele y comentamos noticias. Uno del grupo, sin decir el nombre, dice no entender de política pero, como todos los que no entienden de política aplaude a las ideas de la derechona. Todo se comenta: el deporte, la enfermedad del papa, el cambio de sexo, la guerra de Rusia y lo que surja..
Pero nos reímos, nadie se enfada. Risotadas, carcajadas hasta llorar, buen rollo, alegría y optimismo a raudales. Planeamos siempre alternativas para el negocio subidas de tono.
Todos son bromas y cachondeo. .
Antes de las ocho, volvemos a la realidad. Las basas hasta los topes y cada uno de nosotros al curro correspondiente.
La vida es bella en las balsas, aunque la belleza dure 4O minutos al día.