La campaña de reforestación que Obimasa y Tragsa llevan a cabo en los montes de Ceuta se centra estos días en Aranguren, la zona donde se alza el Fortín del mismo nombre y que se encuentra en el entorno de García Aldave.
Los operarios de la sociedad municipal y de la empresa pública estatal continúan con la repoblación forestal de los campos de la ciudad autónoma plantando especies autóctonas del Mediterráneo como el quejigo o los alcornoques. Atendiendo a los consejos medioambientales, han descartado el eucalipto por sus desventajas para un terreno como el ceutí.
Esta iniciativa para devolver la vida a los montes de Ceuta cumple más de un año, pero este jueves El Faro de Ceuta ha sido testigo de cómo las cuadrillas preparaban la tierra para la plantación y descargaban los árboles que luego han sido trasplantados en Aranguren.
Ya en octubre de 2022, la Ciudad Autónoma publicó un decreto con las medidas de protección del medio natural afectado por el incendio de septiembre, considerado el mayor incendio de la historia de Ceuta, con la quema de alrededor de 130 hectáreas.
Pérdida de árboles en incendios y por la erosión del medio
Entre las restricciones, una de ellas hacía alusión precisamente a la repoblación forestal. Una de las zonas acotadas por estas limitaciones establecidas por el Gobierno autonómico fue Aranguren, con el objetivo de preservar la reciente reforestación llevada a cabo entonces. Por ese motivo, no estuvo permitida en ese espacio ni la acampada ni el estacionamiento de vehículos.
Los incendios que en los últimos años han afectado a la masa arbórea de García Aldave o la propia erosión del medio están detrás de la pérdida de ejemplares que sufren esta zona de los montes de Ceuta.
Con la campaña en la que participan Obimasa y Tragsa se pretende paliar esa pérdida de patrimonio natural que también conforma los atractivos de la ciudad autónoma.
Mañana me engañas...