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El cadáver de A.R., de 62 años, fue encontrado ayer en su casa, donde sobrevivía rodeado de basura, sin agua y de la caridad
A.R., ‘Angelito’, 62 años, no daba señales de vida desde el miércoles según su vecina de unos peldaños más abajo, la que le daba de comer a diario y hasta agua, servicio básico del que carecía en casa, la que le mandaba afeitarse, la que le conocía desde pequeños en Patio Castillo, la que hasta le ofrecía cinco euros “si limpiaba su vivienda”.
Su ausencia terminó alarmando tanto al resto de residentes en el número 48 de Juan Carlos I que ayer por la mañana llamaron dando la voz de alerta. Para saber lo que había dentro de la vivienda número 6 del portal los bomberos tuvieron que entrar por una ventana. Dentro se encontraron el cadáver sin signos de violencia en medio de un panorama dantesco, montañas de basura, en el mejor de los casos, que obligaron a los policías y demás autoridades que entraron o se asomaron a equiparse con todo tipo de protecciones sanitarias.
El cadáver no se levantó hasta primera hora de la tarde, cuando los empleados de la funeraria ‘Nuestra Señora del Carmen’ se decidieron a intentar sacar el cuerpo por las escaleras sin tener que llamar de nuevo a los bomberos, como se temió tener que hacer.
Durante tres horas, las que dos policías nacionales y muchos vecinos se pasaron esperando en la calle, un coetáneo lamentó que ‘Angelito’ murió “solo, como vivió”. Malos hábitos, según la versión de la calle, le alejaron de su antiguo trabajo portuario. De su familia, numerosa, media docena de hermanos, nada se supo.
Entre los residentes en el bloque, indignación contenida: “Hemos denunciado al menos cuatro veces a la Policía, al Juzgado y a Servicios Sociales, las condiciones en las que vivía, con ratas como conejos que entraba y salían por las ventanas pero desde que estuvo un tiempo enfermo que le obligó a quedarse en Cruz Blanca nadie vino a hacer nada”, clamaban desde el piso superior mientras otros ya elucubraban sobre si el piso del fallecido sería ocupado por la familia de la víctima o sería susceptible de ser ocupado a las primeras de cambio.