La Policía marroquí desarticuló este miércoles una red criminal compuesta por siete personas, tres de ellas radicales, por imponer, bajo chantaje y amenazas, un impuesto a los comerciantes de la ciudad de Fez (centro) para dejarles ejercer su actividad.
La Dirección General de la Seguridad Nacional (DGSN) explica en un comunicado que las siete personas fueron detenidas de forma simultánea en una operación llevada acabo por una fuerza especial de los servicios de inteligencia interior, en coordinación con la Policía Judicial.
La nota agrega que los integrantes de este grupo sometían a comerciantes en diferentes barrios de Fez a prácticas de chantaje y amenazas, de tal manera que solo les dejaban ejercer su actividad comercial si les pagaban sumas de dinero de forma periódica.
Algunas corrientes consideran que el resto de los musulmanes son en realidad apóstatas y se dan el derecho a apropiarse de sus bienes como una especie de botín. En la terminología yihadista se le conoce como 'fei'.
Los servicios de seguridad se incautaron durante la operación de una gran cantidad de armas blancas, según el comunicado, además de sellos administrativos falsos y una cantidad de dinero conseguida, supuestamente, a través de su actividad delictiva.
Los detenidos fueron puestos bajo la custodia policial a disposición de la investigación judicial, supervisada por la Fiscalía competente, para investigar la circunstancias de esta causa, concluye la nota.
Asimismo, la Fiscalía quiere indagar los vínculos entre la ideología extremista de algunos detenidos y las prácticas de chantaje cometidas contra las víctimas para apropiarse de su dinero.
Instigar a un individuo con antecedentes a amenazar
El modus operandi de los imputados consiste en extorsionar y amenazar a comerciantes y verduleros de los distritos de la ciudad de Fez quitándoles periódicamente su dinero a cambio de una autorización para vender sus mercancías, agregan las mismas fuentes oficiales.
También son sospechosos de instigar a un individuo con múltiples antecedentes penales a amenazar a comerciantes y ciudadanos agrediéndolos, facilitando así las operaciones de extorsión.