El Ministerio Fiscal ha pedido una pena de 2 años de prisión para el llamado M.A.H.K., un subsahariano residente en el CETI acusado de un delito de amenazas contra uno de los vigilantes de seguridad de este centro de Ceuta.
Su Defensa considera que esos hechos no han quedado probados por lo que pide su absolución. La magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 1 ha dejado el juicio visto para sentencia.
Según la versión del inmigrante, no golpeó al vigilante de seguridad cuando este le impidió su entrada en el centro como medida sancionadora porque había salido del mismo con una tarjeta que no era la suya. M.A.H.K. Tampoco le profirió amenazas de muerte. “Todo es mentira”, asegura.
Cuando la Policía Nacional acudió al CETI para detenerle le encontraron unas tijeras y una navaja multiusos pero asegura que solo las empleaba para uso personal y nunca para esas amenazas por las que le piden una condena. Ha negado que le dijera en árabe al vigilante estas palabras: “Racista, cuando te vea en la calle te voy a matar”.
Su versión exculpatoria choca con la ofrecida por el propio vigilante quien ha reseñado que le prohibió el acceso hasta las once de la noche en el centro cumpliendo una norma del propio CETI, ya que había salido con una tarjeta que no le correspondía. Recibió insultos y amenazas del tipo “te voy a matar” además de una patada en el pecho.
Posteriormente ha tenido problemas con este interno aunque no los ha denunciado en la Policía pero sí los ha trasladado en un informe a la dirección del CETI ya que cuando descendía con su vehículo la cuesta del Jaral dice que el acusado le instó a detenerse, algo que no hizo.
Distintas tesis según la Fiscalía o la Defensa
Fiscalía considera que están probadas esas amenazas por lo que pide la imposición de una pena de 2 años que podría quedar suspendida ante la falta de antecedentes del acusado. La representante del Ministerio Fiscal ha indicado que esas amenazas pudieron llegar a más al haber existido un potencial riesgo de causar lesiones graves.
La Defensa ha solicitado la libre absolución de su patrocinado indicando que no hay pruebas de que le asestara una patada al vigilante ya que, solo en base a una mera comparación de la corpulencia entre acusado y denunciante, tendría que haber dejado como mínimo una rojez o hematoma. No consta ni una ni otra.
Ha hecho hincapié en que el vigilante, en su declaración inicial, dijo que el subsahariano le había sacado una navaja pero este lunes, en el acto de juicio oral, ha indicado que él no la vio pero sí su compañero. Ha considerado que esa inicial declaración es por tanto incongruente con la de hoy.
La Defensa no ha negado que pudo haber entre ambos “un dime y direte” pero de ahí a dictar una condena por unos hechos “no acreditados” es “injusto”.