El delegado del Gobierno en Ceuta reiteró ayer que la previsión de echar a andar antes de que termine enero la aduana comercial del Tarajal sigue vigente. Lo hizo el mismo día que el Ministerio de Sanidad publicó en el BOE el procedimiento que se utilizará para realizar el preceptivo control sanitario a las mercancías para consumo humano que lleguen a la ciudad desde el país vecino, concretamente pescados y similares o productos de origen no animal.
Las autoridades de los dos países siguen avanzando en la concreción del nuevo marco de relaciones pactada la pasada primavera y, aunque muchos cuestionaron que nada de lo acordado fuese a ser una realidad, los resultados van concretándose.
La entrada de productos como los reseñados desde el otro lado de la frontera con el pago de los impuestos que corresponda y controles de todo tipo es una buena noticia que seguramente redundará en una recuperación de la antigua normalidad mejorada.
Es necesario que España y Marruecos vayan concretando también cuanto antes qué otros productos podrán atravesar la aduana comercial en ambas direcciones, así como en qué condiciones.
También que se estudien medidas realmente eficaces para reducir de una vez las largas esperas que se siguen registrando en el tránsito hacia el país vecino o en el regreso a Ceuta, especialmente los fines de semana, más incomprensibles si se tiene en cuenta que el volumen de tráfico de personas y vehículos se ha reducido sensiblemente con respecto al que se registraba hasta la declaración de la pandemia.
La frontera debe ser una fuente de oportunidades y no de problemas y las administraciones están obligadas a trabajar para conseguirlo.