"Hoy me he despertado no de la mejor forma, es más, nada bien, un muy susto. Están siendo días muy difíciles, están siendo muy complicados cada vez más, pero como sabéis yo soy más fuerte, y más complicada. Quiero que sepáis que yo ya gané, hace mucho. Seguimos, siempre”. No olvidéis mi lema “Mis ganas ganan”.
Decía Elena que nadie nos ha prometido un Mañana y la única opción es vivir el presente.
La joven, diagnosticada a los 16 de un sarcoma de Ewing, contó en redes sociales su enfermedad a cientos de miles de seguidores para concienciar sobre la necesidad de investigar.
En esta sociedad en la que lo que vende es el lujo, la mediocridad y el exhibicionismo también hay lugar para la ternura, para la solidaridad, para transformar las conciencias.
El uso de las redes sociales nos hacen reflexionar que nada es ni bueno ni malo sino que depende del uso y de las circunstancias.
Yo he sido muy criticado por mis colegas cuando decidí contar en las clases lo que gano, lo que pienso, lo que siento, mis debilidades y mis fortalezas, mi pasado y el presente que habito.
Es curioso que la ley obligue a la protección de datos cuando se sabe todo de cada uno de nosotros y no hay ni intimidad ni secretos que valgan. En el instituto ni los profesores podemos saber los resultados de nuestros alumnos en las pruebas de selectividad.
Elena nos ha regalado su vida con una generosidad a prueba de bomba. Venció a la muerte y sembró semillas para que viéramos germinar la fuerza de un proyecto: dejar de esconderse, abrir ventanas, dar carpetazo a la angustia.
Mientras otros influencers se hacen millonarios vendiendo calzoncillos, músculos, modas e incluso pedos, Helena optó por planificar un combate en el que formáramos parte de cualquier manera posible.
Es curioso que en 20 años la ética pueda avanzar más que en 2O siglos.
Decía el Filósofo Sartre que “somos seres para la muerte, que la existencia es inauténtica, la única manera de salvarse era tener un proyecto con los otros, estar con los otros, actuar con los otros”.
Tal vez desde el existencialismo Sartre quiso decir que este tipo de proyectos no tienen fin, son ideales que nos hacen andar aunque no vayamos a ninguna parte. No hay metas, Dios no vendrá a premiaremos con el Cielo. El cielo es la tierra, el Cielo es Helena, el Cielo puedes ser tú cuando mañana digas que quieres disparar este CAÑONAZO.