-
La escuela de danza de Rosa Founaud despidió ayer el curso con ‘La Muñeca Encantada’. Obra de la que ya se adelantaron algunas sorpresas dos días antes y en la que ayer participó toda la academia al completo que fueron arropadas por un Revellín que rozó el lleno
Todavía no daban las 20.00 horas cuando era difícil encontrar una butaca libre en el Auditorio del Revellín, era la segunda gala que celebraba Rosa Founaud y, al igual que en la primera, las entradas volvieron ‘volar’, lleno absoluto registró la escuela en el gran espectáculo que ponía el broche final a todo un curso de trabajo y esfuerzo. ‘La muñeca encantada’ de ayer contó con el respaldo de la escuela al completo, que a diferencia del pasado viernes , sólo intervino una selección del grupo de bailarines. Por ello, la de anoche era la prueba de fuego, con todas y cada una el público percibiría ese avance, ese salto hacia otro nivel que ya se apreciaba dos días antes.
Y cuando se levantó el telón el juego de colores invadió el escenario, comenzó a sonar una pieza de música clásica que arrastró hasta el escenario a un marcial grupo de bailarinas que comenzó a moverse al son de la misma como ‘muñecas’ de cuerda. Ellas eran algunas de esas ‘muñecas encantadas’ que cegaron con cada paso, cada preciso movimiento a una expectación que no dudó en reconocerles el trabajo con un merecido aplauso. Y es que este grupo de danza hizo a los ojos del público, verdaderamente fácil un trabajo complicado, se movieron por el escenario como si estuviesen volando. La elaboración de las diferentes coreografías y la precisión al unísono en la ejecución de cada movimiento denotó un logrado avance en todas ellas, tanto mayores como pequeñas. Pero estas últimas merecen una mención aparte, porque si complicadas fueron las coreografías para las más avanzadas, un plus de reconocimiento merecen están niñas, cuyas edades no superaban los 6 o 7 años, que mantuvieron la misma disciplina y rigor.
‘La muñeca encantada’, fascinó, enamoró e hizo soñar a los presentes. Fue un acompañamiento en el que baile, música, escenografía, vestuario y juego de luces danzaron al compás para cerrar un año de sobresaliente.