Ayer hablaba con un compañero de un consejo que nunca olvidaré y agradeceré toda la vida. Me lo dio un sabio del sindicalismo. El inolvidable Andrés Carrera, secretario general del Sindicato Unificado de policía en Ceuta. Una persona que siempre me tendió la mano, “nos tendió la mano”, y dio la cara para defender desinteresadamente una causa que no era la suya, porque en más de una ocasión ayudó desinteresadamente a compañeros que lo necesitaron.
Andrés era un gran conversador, solidario, con una gracia muy particular y buena persona. Un día se nos acercó un policía nacional para agradecerle que le había conseguido el pase a retiro en acto de servicio. El policía me comentó: “Sabes lo que me dijo Andrés Carrera”; “qué, le replique”; y contestó, “me dijo, aunque eres un sinvergüenza, te voy a conseguir el pase a retiro y lo ha conseguido”. De esto y otras cosas hablaba con el compañero que me pedía consejo.
“Andrés era un gran conversador, solidario, con una gracia muy particular y buena persona”
Ayer, unas horas después de terminar la conversación, le di un repaso a las muchas malas noticias que llevaba El Faro de Ceuta, y me detuve a leer y ver el vídeo de Josefa Fernández Menéndez, una ponferradina afincada en Ceuta, que cumplía 104 años. Fani hablaba con desparpajo de su vida, de lo mucho que luchó y trabajó para sacar a su hijo adelante. Ella decía que su hijo siempre quiso ser policía y que lo consiguió. En un momento de la conversación mostró una medalla con la cara de su hijo y me percaté que era la madre del bueno de Andrés. Verla me dio mucha ternura y alegría.
La señora hablaba con el mismo desparpajo de su hijo y con el amor y el dolor de una madre que había perdido a alguien maravilloso. Hablaba con lucidez y entereza y pedía irse pronto para no dar la lata a sus nietas que eran muy buenas. Andrés también adoraba a sus hijas, cuando hablaba de ellas se le resplandecían los ojos, eran su debilidad. Y tenía motivos para ello, sobre todo después de conocer esta bonita historia, porque entre otras muchas cosas, no hay tantas nietas dispuestas a cuidar de sus abuelas.
Josefa hablaba orgullosa de su hijo y tiene motivos para hacerlo, porque muchos años después de habernos dejado, lo recordamos como un ejemplo de sindicalista y como una extraordinaria persona.
Feliz cumpleaños abuela, disfruta de tus hijas y biznietas a las que adoras y muchas gracias por dejar tan buena semilla en esta tierra.