Su relación con los balones comenzó como suele ocurrir, cuando aún se es niño. En el caso de José Carlos Ayala, de Ceuta, también conocido en el mundo deportivo como Chito, comenzó en su barrio, en el Sarchal, “donde he nacido y donde vivo”
Desde ese momento, el caballa se inicio en este mundo, al que tanto tiempo le ha dedicado y le sigue dedicando. Equipos como el Ceuta o el Ceutí lo vieron crecer, e incluso llegó a jugar en categorías nacionales: “Ahí fue donde me decidí a dedicarme al fútbol de forma profesional”.
Pero su carrera deportiva dio el pistoletazo de salida con el Caja Ceuta Alminatur FS en el año 1989. A partir de ahí jugaría durante cuatro temporadas en Ceuta, dos con el mismo equipo en el que dio el salto y otras dos con el Mitsubishi FS, equipo creado tras el descenso del Alminatur y donde, según comentó Chito, “había jugadores de muchísima calidad”. En ambos conjuntos, Chito pudo disfrutar de aquellos años maravillosos donde el pabellón de ‘La Libertad’ se convirtió en el templo del fútbol sala, algo que según comentó será “algo difícil de repetir. Creamos una expectación y una afición”.
En la actualidad, el fútbol sala ceutí sigue vivo pero no tiene el mismo protagonismo que tuvo en otras épocas. Chito cree que esto se debe a que “estamos en una época en la que nos falta enganchar a la afición. En Ceuta está muy arraigada al fútbol sala. Es el propio deporte el que tiene que dar el paso”.
Situaciones económicas hicieron que el Mitsubishi FS desapareciera, pero estos cuatro primeros años para Chito le sirvieron como trampolín para dejar de un lado la ciudad y comenzar una nueva etapa en tierras leonesas.
Con tan solo diecinueve años, Chito, su mujer y sus dos hijos comienzan una nueva vida fuera de la ciudad autónoma. El principio fue “complicado”, a pesar de la buena acogida. Finalmente, tras transcurrir seis temporadas militando en el equipo, “me sentía como en mi casa”.
La mejor temporada, sin duda, de todas las que pasó en Astorga fue la última, puesto que “tuve la suerte de ser convocado con la Selección Española”. Esta oportunidad le abrió las puertas a Chito en otros clubes.
De nuevo la familia se trasladó de ciudad y esta vez fueron hasta Segovia. Pero esta temporada no la recuerda Chito con especial cariño puesto que “arrastraba una lesión de verano y no estuve muy contento en el club”. Antes de acabar esa misma temporada, fue cedido a Ourense. Y de nuevo se volvió a Ceuta, aunque no lo hizo por mucho tiempo. Al siguiente año de jugar en su ciudad natal, decidió irse de nuevo a Astorga, en ese momento el equipo jugaba en Primera Nacional. Finalmente, “terminé mi carrera en Primera” en Andorra, donde Chito fue de refuerzo. Puso el punto y final a su carrera donde la comenzó. Hasta 2004, el jugador formó parte de las filas de la UA Ceutí, donde decidió colgar sus botas. Una decisión difícil pero que según él “fue un acierto. Podría haber seguido pero empecé a incorporarme al mundo laboral”.
Chito dejó los terrenos de juego como jugador, pero no abandonó su pasión, sino que pasó a sentarse en el banquillo donde estuvo durante quince años y desde donde dirigió a equipos como el San Agustín FS, el Ciudad de Ceuta FS y la UA Ceutí FS. A lo largo de esta etapa, Chito cree que “he sido un afortunado”. Al igual que en su etapa como jugador, como entrenador también comenzó “desde abajo”, algo que según él “te hace aprender muchísimo y mejorar muchísimo”.
Actualmente Chito dejó los banquillos y ve el fútbol sala desde otra perspectiva. Ahora, el que fue jugador y entrenador, continúa ligado al deporte “como directivo desde una oficina”, donde continúa apoyando a todos aquellos que viven este deporte como él.
Llegó a entrenar a su hijo
Una de las anécdotas de Chito durante toda su carrera, es que ha tenido la posibilidad de ser entrenador de su hijo. José Carlos Ayala junior, también era conocido como su padre ‘Chito’ y también jugó en la UA Ceutí.
Su padre fue entrenador durante varias temporadas y le exigió como a uno más. Aunque llevan la misma sangre no son exactamente iguales, aunque ambos se dejaban la piel en la pista. Actualmente el padre está más ligado al fútbol-sala mientras que el hijo se encuentra en otra situación laboral y más alejado de los pabellones. Ambos se reúnen a diario y todavía se acuerdan de aquellos momentos vividos juntos que siempre tendrán en la memoria y serán muy queridos.
Vive de cerca el fútbol-sala
Por sus labores en la Real Federación de Fútbol de Ceuta, Chito vive muy cerca el fútbol-sala, tal es así que se le ve muy a menudo en distintos pabellones siguiendo encuentros de categoría nacional. Pero no solo sino que también se le ve en distintas instalaciones viendo el fútbol-base de donde posteriormente sale la cantera del fútbol-sala ceutí.
El trabajo de Chito también le hace estar rodeado de chavales que practican esta modalidad deportiva y por tanto es fácil verle a hablar del fútbol-sala en muchos momentos.
Vive este deporte como ninguno, ha sido jugador, entrenador y ahora está en una situación importante en la Federación de Ceuta. Intentará seguir muchos años más dando guerra en este deporte, pero habrá que ver hasta cuándo aguanta.
Chito es un incansable forofo de los equipos ceutíes, pero también de la selección española. Sigue los partidos de los equipos de categoría nacional de Ceuta, pero también ha podido ser aficionado en otros encuentros que ha disputado la selección española tanto de fútbol-sala como de fútbol. Todo lo vive muy intenso y siempre recuerda el Mundial de Sudáfrica que ganó España en el año 2010.
Espera que el deporte español siga avanzando a pasos agigantados y podamos celebrar con entusiasmo celebraciones como el Mundial o Eurocopa.
Chito tiene claro que seguirá ligado al deporte de Ceuta todo el tiempo que pueda e intentará aportar experiencia para ayudar a todo aquel que se lo pida.
Carrera deportiva
Sobre su carrera deportiva, Chito se siente “orgulloso y muy satisfecho de lo que he podido vivir, lo que he podido disfrutar y de lo que sigo disfrutando”.