Marruecos continúa con la investigación abierta en torno al pase de hachís a bordo de una phantom que pretendían llevar a cabo dos vecinos de Ceuta y que terminó de la peor de las maneras que habían previsto: con ellos encarcelados y la droga perdida. Mientras que los dos ceutíes siguen en la cárcel de Loma Mendizábal presos preventivos por un delito contra la salud pública, la cárcel de Tetuán se ha convertido en la segunda casa del vendedor de la lancha, responsable de una empresa privada del sector náutico.
Aquí no termina la historia. Quedan interrogantes en el camino sobre los que están trabajando los investigadores en el vecino país atentos sobre todo al lugar de partida de la phantom -el puerto-, lo que viene a evidenciar la connivencia de más personas en la materialización de un trasvase de drogas superior al lote de narcóticos que pudo recuperar el Servicio Marítimo de la Guardia Civil (unos 600 kilogramos), ya que en el camino se habían desecho de más fardos.
En el agua, los agentes españoles se hicieron con 17 de estos paquetes, pero antes de que la phantom entrara en aguas bajo jurisdicción nacional se había producido una persecución por parte de las Fuerzas de Seguridad del Reino alauita.
Fardos con distintivos para identificar los pases
La Marina Real de Marruecos se hizo con cinco de esos fardos previamente marcados que arrojaron los narcos al mar. Esas marcas están siendo analizadas para su comprobación con otros alijos coincidentes. así como para valorar su origen. Son las señas con las que se identifican los pases. Algunos de esos paquetes llevaban la imagen de un tigre portando una corona sobre su cabeza. Además. se vieron las marcas R17, B51 y LNB con el distintivo de Londres.
Bajo investigación está igualmente el origen de dicha carga y su destino final, así como el uso de licencias y empleo del dominio público marítimo para la comisión de delitos. Se prevén más detenciones relacionadas con la salida de narcóticos por esta vía, realizada a plena luz del día.