CCOO de Enseñanza señala que en pleno corazón de todo el problema de la frontera está el colegio Príncipe Felipe y “en aquel edificio, todos los días, casi medio centenar de profesores y otros profesionales, se enfrentan al desafío de hacer que funcione con normalidad un centro docente que atiende a más de seiscientos alumnos y alumnas. Entre avalanchas, policías, atascos, carreras, tumultos, peleas y conflictos; los miembros del Colegio Príncipe Felipe se esfuerzan (a costa incluso de su propia salud mental) en crear un ambiente propicio para impartir docencia”. Denuncian que los padres y madres ya están hastiados. “Acciones cotidianas, sencillas y alegres como llevar y recoger a sus hijos del colegio; en el Colegio Príncipe Felipe se han convertido en un auténtico sufrimiento.Ya han decidido marcharse de allí. Este año apenas se han cubierto menos de un tercio de las plazas vacantes. Un hecho que debería”
Cuentan que organizaron una actividad extraescolar y a su regreso quedaron atrapados, como era de esperar, en una cola. “Sus padres y madres esperaban. Los trabajadores de comedor prolongaban su jornada para evitar que los niños quedaran sin comer. Los niños, atrapados, eran víctimas del calor, de la fatiga, del hambre. Los vecinos acercaban agua al autocar agua para evitar deshidrataciones. Así pasaron tres horas. Hasta que lograron llegar al colegio”.