Este sábado, dos jóvenes de Ceuta, ataviados con sus trajes de buzo, han realizado la ofrenda de flores a la imagen de plomo de la Virgen del Carmen, que está situada en la piedra del Pineo. Un día histórico para todos los devotos de esta virgen y también para los aficionados al buceo, ya que era una oportunidad de tener cerca la única imagen sumergida en la ciudad.
Miguel Ángel Guerrero y Víctor Martín son dos ceutíes devotos a la Virgen del Carmen y este sábado no han querido perder la oportunidad de ofrecerle sus flores a la imagen de los marineros. Un momento inolvidable el que han vivido cuando se han echado al agua para tener cara a cara a la virgen.
Una situación que es ya muy visible en nuestra ciudad, justo cuando se celebra la festividad del Carmen, ya que este mismo sábado el barco del Desnarigado ha llevado a un grupo de buceadores también para que le llevaran sus flores, y en el lugar también estaban los militares haciendo el respectivo homenaje. Este ha tenido además en el centro este año la figura de Francis Valero, pues en su nombre se ha depositado una bandera de España con el escudo del Ring-7 ya que el militar, de larga trayectoria y fallecido recientemente, era muy aficionado al buceo y cada 16 de julio no faltaba a su cita con la Virgen del Carmen.
Guerrero y Martín llevaban tiempo preparando este sencillo pero bonito homenaje y cada uno de ellos ha llevado sus respectivas flores para homenajearla. Este descenso es de casi 14 metros de profundidad. Esta tradición cuenta ya con más de 60 años de historia.
Además, ha ido pasando de generación en generación y se convierte en una cita que no perdona ningún submarinista. La Patrona de los mares puede presumir de ser la primera que se sumergió en Europa, concretamente en 1959. Es una imagen histórica que representa la protección de todos los que bucean en aguas ceutíes.
Una tradición arraigada, sobre todo entre los buzos más antiguos, ya que existe la creencia y la fe en que a todo el que se sumerge este día, no le va a pasar nada durante el resto del año. Durante el descenso también se brinda un recuerdo a buceadores que ya no están entre nosotros, pero que siempre permanecen en la memoria.