El otro día me dejó mi hija un libro sobre criptomonedas. ¿Les suenan los términos blockchain, ICO, altcoin, token, bullish, wallet, airdrop…? Ni idea. ¡Enhorabuena! es usted de los míos. Vivimos tiempos complicados para llegar a final de mes en demasiadas casas -hipotecando hasta el alma- lo de tener unos mínimos ahorros se convierte en un acto casi imposible para demasiados. El otro día leí algo de Fernando Trias: “El miedo es un instinto animal, pero la incertidumbre es humana […] el miedo produce: huida, sumisión, parálisis o lucha […] ante la duda el ser humano espera”.
Estanflación: Situación de estancamiento económico, con aumento del paro y de la inflación. Disculpen la palabreja. Le cuente lo que le cuente el político de turno estamos metidos de cabeza a nivel mundial en ella. Prometo no utilizar más palabrejas económicas raras para la mayoría. Seguro que usted va a comprar (de lo de echarle gasolina a su vehículo, el recibo de la luz, el gas, prefiero no escribir) y o le suben los precios de los artículos que compra o le engañan vendiéndole menor cantidad o calidad por el mismo precio. Es evidente que el dinero vale y va a valer mucho menos. La medicina mágica que van a volver a utilizar: subir los intereses bancarios. Lo que se traduce en que con su sueldo o una pensión usted va a pagar con mucha más dificultad la glovalización, la pandemia, la guerra de Putín, a los grandes especuladores o lo que nos toque. Porque lo de ser “niños bonitos” y haber heredado un buen patrimonio para vivir de las rentas no suele ser lo más habitual; y lo de colocarse o que te coloque un partido político, aunque es otra opción, la demanda -a cuchillada trapera- está más que sobresaturada.
Volviendo a lo de las criptomonedas, ésta es otra formula que nos venden actualmente los medios y las plataformas de Internet en modo paroxístico. Desde un euro a invertir o hacerte un pequeño aprendiz de especulador. ¡Otro pelotazo está servido! Que nuestros jurdeles en el banco pierden su poder adquisitivo es un hecho. Si todavía nos queda mucho por pagar de lo de las politizadas Cajas de Ahorros (también conocido el asunto como Bankia), que estaba todo regulado y controlado, pues imagínense sin regulación ni control financiero lo que puede ser para el pequeño inversor. Sofico, Madoff, Afinsa, las subprime… a que les va sonando la música, pues la letra va ahora a nivel mundial por la red de redes tó loca sin control. Y sinceramente maldita la gracia que me hace que seamos los que menos tenemos los que le paguemos el subir al espacio, o cualquier otro caprichito, a la cuadrilla de Rollo Tomassi.
Los grandes del “online” no tienen bastante con nuestros datos, ideas, amigos, gustos y costumbres. No tienen bastante con arruinar a los comercio de siempre. No tienen bastante con ponernos a trabajar delante de una pantalla sin pagarnos. No tienen bastante con el porno. No tienen bastante con enviciarnos con más juegos de azar. No tienen bastante con pagar una ínfima cantidad en impuestos de sus gigantescos beneficios. No tienen bastante.
Ahora las cripto quieren también los pequeños ahorros de las familias. Ya la banca clásica era para andar con mucha cautela con sus productos y ahora no es de lo que más beneficios económicos da, apretadándole las clavijas las financieras y adaptándose a la nueva banca online. Incluso haciendo grandes fusiones, reduciendo su personal y sus sucursales, dejando en una mínima expresión el trato humano directo (la pandemia les ha venido que ni hecha a medida), todo a al ritmo frenético que marcan las nuevas tecnologías.
Si tiene usted unos cuantos millones en un paraíso fiscal igual las cripto son un buen traje a su medida. Para los que aspiran a salir de tiesos o que no pierdan valor sus pequeños ahorros les aseguro que actualmente no es el camino. De hecho, yo no me fío.