La senadora de Vox ha vuelto a presentar a la ciudad en el Parlamento como una región donde “asesinatos, agresiones físicas y verbales son una constante para la población de Ceuta, en la que ni adultos ni menores pueden salir a la calle sin el fundado temor de ver comprometida su vida e integridad física”.
La ultraderecha persiste en su apuesta por denigrar la realidad de la ciudad para intentar obtener rédito político, esta vez de nuevo con la seguridad ciudadana, un ámbito en el que no le ha importado nada perseverar en la manipulación y la mentira para hacer parecer a Ceuta víctima de una oleada continua de sucesos que ha intentado vincular con la inmigración para atizar esa hoguera con la que cree poder sacar más votos.
Según su exposición la ciudad es azotada “de manera incesante” por “una miríada de actos como agresiones sexuales a mujeres y niñas, robos, quema continua de contenedores, apedreamientos a los agentes del orden...”. La respuesta que le ha dado el Ministerio del Interior es que “la seguridad ciudadana y el orden público están perfectamente garantizados en la ciudad autónoma y en cualquier otro punto de la geografía nacional gracias a la dedicación y la profesionalidad de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado”.
Es evidente que en Ceuta, como en cualquier otro punto del país, se producen hechos delictivos que deben ser investigados y esclarecidos para poner a sus responsables ante la Justicia y que la administración debe garantizar a las Fuerzas de Seguridad los recursos humanos y materiales necesarios para conseguirlo con la mayor eficacia, pero la exageración y el tremendismo solamente sirven para desvirtuar las necesidades, que existen, y caricaturizar la realidad local.
" No hay más ciego que el que no quiere ver".