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Ayer comenzó el primer ejercicio, las pruebas psicotécnicas que medirán intelecto y personalidad
El proceso selectivo para cubrir 9 plazas de policías locales sigue avanzando y perdiendo candidatos a pasos agigantados. Incluso filtros “habitualmente casi de trámite” como el examen médico, un reconocimiento concebido para garantizar la idoneidad del opositor para la función policial, han hecho estragos en la relación inicial de aspirantes. De las 59 personas que presentaron los informes requeridos para superar el examen médico únicamente 34 han sido considerados aptos y otros 23 no aptos. Dos no llegaron a presentarse siquiera.
De esta forma, ya son menos de cuatro los opositores que, de media, se disputarán cada plaza en liza, una ratio inusitadamente baja.
En el proceso de exclusión por razones médicas ha surgido un punto de polémica al haberse, según las fuentes consultadas, requerido un historial médico completo a los aspirantes que no todos han podido aportar, con lo que “no se ha completado en igualdad”. “No presentar la documentación requerida” o no hacerlo en la forma exigida han sido las causas de ‘no apto’ más frecuentes.
El Tribunal del proceso se reunió ayer para analizar las 7 alegaciones presentadas contra los dictámenes médicos (elaborados por dos profesionales del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Ciudad Autónoma) de disconformidad con la aptitud de los aspirantes y no aceptó los argumentos de ninguno de sus firmantes.
Acto seguido comenzó la realización del primer ejercicio, las pruebas psicotécnicas, que consisten en “un test de carácter eliminatorio orientado a comprobar que las actitudes y rasgos de personalidad de los aspirantes son los más adecuados para la función policial a desempeñar.
Se evalúan dos tipos de factores: por un lado, las “actitudes intelectuales” (inteligencia general, razonamiento lógico, comprensión y fluidez verbal, aptitud numérica, aptitud verbal, aptitud espacial y aptitud mecánica, memoria y atención); por otro, “características de la personalidad”, esto es, “madurez, estabilidad emocional, responsabilidad, autocontrol, capacidad de decisión/acción/iniciativa, motivación personal y social, sociabilidad, flexibilidad, así como capacidad de trabajo en equipo”.
Una vez que se determine el “perfil psicológico” de los opositores tendrán lugar las entrevistas prescritas.
Obesidad, epilepsia, alcoholismo...
El reconocimiento médico incluía pruebas para detectar causas de exclusión como obesidad o delgadez manifiesta, alteraciones respiratorias, afecciones cardiacas o de huesos, retinopatías, tartamudez, epilepsia, alcoholismo, cualquier enfermedad infectocontagiosa... El examen debía ser realizado por los asesores médicos designados por el órgano competente en materia de Recursos Humanos. Además, según las bases, los aspirantes tenían que aportar varias “pruebas complementarias”, en concreto “analítica de sangre y orina, electrocardiograma con indicación de la presión arterial, espirometría forzada y agudeza visual”.
Todavía faltan las pruebas práctica, físicas y de conocimiento
Una vez superado el test psicotécnico, al que seguirá una entrevista personal “para verificar la interpretación de los resultados”, los opositores todavía deberán enfrentarse a pruebas prácticas, físicas y de conocimiento.
La primera, muy criticada, tendrá como finalidad que cada aspirante “demuestre que tiene perfecto conocimiento del medio en el que va a desarrollar su trabajo”. A tal efecto, a cada opositor se le facilitará un vehículo con el que, acompañado por varios miembros del Tribunal, se trasladará a uno o varios “sitios o lugares” de la ciudad que previamente le sean indicados.
Con las pruebas de aptitud física se buscará “conocer el grado de desarrollo de las cualidades de los aspirantes” y ordenarlos desde el punto de vista físico-deportivo “en función de la suma total de puntos obtenidos en cada uno de los ejercicios”: natación (50 metros), carrera de obstáculos, 8x6 metros, lanzamiento de balón medicinal (de 5 kilos los hombres y de 3 las mujeres), carrera de velocidad (50 metros lisos) y carrera de resistencia (1.500 metros los valores y un kilómetro las féminas).
La prueba de conocimiento consistirá en desarrollar por escrito tres temas elegidos al azar durante un periodo de cuatro horas y treinta minutos.
La lectura del ejercicio será pública.