Es un goteo constante que topa con una valla que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se encargó de reforzar solo a medias, dejando tramos completamente desnudos. La aproximación al perímetro de Ceuta, tras superar las trabas colocadas por Marruecos a base de concertinas y zanjas, ya supone toda una odisea. Quienes lo logran son unos pocos. Este lunes lo hizo un joven de Sudán, este martes dos de Guinea Conakry de tan solo 19 años. Todos fueron encontrados caminando exhaustos por la carretera de Benzú, tras haber sorteado la valla de noche, siendo trasladados a la Jefatura Superior de Policía para su posterior filiación.
Su destino es el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) y, posteriormente, su traslado a la Península. Son de los pocos que logran pasar la doble barrera y que consiguen eludir un cerco dispuesto por Marruecos a base de obstáculos y redadas que alejan a los subsaharianos de la zona norte para abandonarlos en el sur, sin capacidad práctica de volver al entorno de las vallas.
El proyecto del Ministerio pasó por la colocación de tubos cilíndricos en algunos tramos de la valla que pudo elevarse en metros; medidas que solo se ejecutaron en las zonas que soportaron ese peso. El resto quedó coronado con peines invertidos o sin elemento alguno, tras completarse la retirada de las concertinas que el propio Gobierno del PSOE colocó como método para frenar los saltos sin mirar las consecuencias que esto podía acarrear entre las personas que escapaban del país vecino para llegar a la Frontera Sur de Europa a costa, en muchas ocasiones, de dejarse la vida en ello.
Si bien las entradas por la valla son aisladas, algunos inmigrantes consiguen superarla. De hecho, tal y como recoge el Ministerio del Interior en su último balance migratorio, la presión que se registra en Ceuta es prácticamente por vía terrestre, bien sorteando los espigones fronterizos o bien superando la línea perimetral extendida a lo largo de más de 8 kilómetros, dejando en lo residual la marítima.
Hay un agujero en la valla por donde pasan a diario sin problemas, y no hacen nada por evitarlo.
No se puede permitir estos asaltos y mucho menos elogiarlos o ensalzarlos. La justificacion de un delito, deberia de castigarse judicialmente. Y los que adaltan, devueltos por donde han venido.
Menos redadas que se pasean como si estuvieran por la calle Real