Desde el equipo de Jóvenes de Comisiones Obreras no podemos (ni queremos) dejar pasar este primero de mayo para demostrar que la juventud está presente. Hoy es un día para sentirnos orgullosos y orgullosas de ser el pilar que sostiene cualquier sociedad, pero también para reivindicar aquellas cuestiones que consideramos primordiales para dignificar la vida de las personas trabajadoras.
Cuestiones como más oportunidades laborales libres de temporalidad o la subida del salario, acompañada de la regularización del alquiler pueden suponer básicos para mejorar la vida de los jóvenes.
Además, es fundamental llevar los planes de igualdad con máxima inmediatez a los centros de trabajo, incorporando derechos LGTBIQ+ y logrando una mayor corresponsabilidad y conciliación familiar. Para lograr este objetivo será imprescindible la ruptura del techo de cristal y acabar con la brecha salarial.
Respecto a nuestra formación, consideramos necesario reivindicar una educación pública, inclusiva y de calidad para todos y todas, donde la cultura de la meritocracia no limite al alumnado. Asimismo, es esencial la regulación de las prácticas no laborales durante grados y periodos universitarios. La cotización durante las prácticas es una cuestión de justicia.
Todos estos objetivos deberán ser acompañados de oportunidades para personas con capacidades diversas, logrando una sociedad de inclusiva y libre de discriminación.
No lograremos alcanzar ninguno de estos derechos sino cuidamos nuestro planeta, por lo que las medidas eficaces de protección medioambiental serán vitales. Es ahora o nunca.
Estas cuestiones abanderan este primero de mayo y su lucha, inundando las calles de las ciudades de nuestro país. Por ello, deseamos a la clase trabajadora un feliz y combativo primero de mayo y recordamos la convocatoria de la concentración que se celebrará a las 12:00h en la Plaza de los Reyes.
Mal empezamos con este cartel si queremos visibilizar la igualdad real en el trabajo entre mujeres y hombres, tanto por la apariencia física de la mujer como por ese pañuelo que no viene a cuento, como si nos viniera la imagen retrospectiva del anuncio de la ama de casa, anunciando el milagro, la lavadora.
Como se suele decir, "una imagen vale más que mil palabras", y no logro entender a la figura femenina, que tampoco no se exige una imagen sexista o desvirtuada de la mujer, pero no concuerda con mi percepción y con algunos detalles, a pesar de dotarle de empoderamiento, esa palabreja de moda, simbolizada con la llave inglesa en la mano.