Los menores que siguen viviendo en los módulos de Piniers, alrededor de un centenar, así como el profesorado que acude a esta parte de la ciudad para darles clase se han convertido en esas víctimas silenciosas de lo que está sucediendo en Ceuta. Se sienten desprotegidos ante la carencia de vigilancia en el entorno de este recurso temporal que fue habilitado para atender a los menores que entraron con motivo del acceso masivo a Ceuta, en mayo de 2021.
La sensación que tienen es la de “desamparo” ya que se encuentran en un lugar en el que se carece no solo de la vigilancia que había antes y que fue retirada sino de una presencia policial más o menos permanente. Con toda la situación generada en estos últimos días, tanto profesores como los propios menores tienen miedo ya que se sienten “vendidos”, algo que la propia Policía ha constatado al hacer un recorrido por el lugar.
Los afectados instan a Delegación del Gobierno a que refuerce la seguridad en este punto, desviando al menos a más personal que garantice la integridad de los trabajadores y de los internos. Ya no solo de los profesores que dan clases sino también de los que acuden a diario hasta este recurso temporal.
Y no es una petición casual, ni tampoco carente de fundamento. En Piniers ya se han registrado incidentes en materia de seguridad con individuos que han acudido hasta el centro para amedrentar a los internos, registrándose un caso en el que un sujeto plenamente identificado acudió con su propio coche hasta la puerta de acceso amenazando a los niños y chocando su vehículo con la puerta de entrada al mismo.
Que se lo pidan a las ong esa que defiende ha capa y espada a todo ilegal que entra en Ceuta
Primero aprenda a escribir y luego quéjese. Indepdientemente de que hayan entrado de forma legal o ilegal, como personas que son, hay que atenderlos y mucho menos culpa tienen los docentes. Hay que ser más humano y menos cavernícola.