Ya pasado el ecuador de la Semana Santa de Ceuta, este Jueves Santo lleva el nombre de ‘La Encrucijada’. Pero con un cambio importante este año, porque la procesión ha salido desde la Santa Iglesia Catedral, pues la sede oficial de la Cofradía del Santísimo Cristo de La Encrucijada y María Santísima de las Lágrimas, situada en la barriada de Hadú, permanece cerrada como consecuencia del desprendimiento del techo ocurrido a principios de este año y aunque afortunadamente los Titulares pudieron ponerse a salvo, por motivos de seguridad la iglesia de San José no todavía está apta para albergar a los hermanos ni recibir a los fieles.
Cerca de las 19.45 de esta tarde se ha puesto la Cruz de Guía en la calle. Poco después los caballas se han agolpado a los alrededores de este edificio santo para no perderse la salida del Santísimo Cristo de la Encrucijada y María Santísima de las Lágrimas. Los aplausos no han faltado para recibir a las imágenes. La primera de las dos ha salido por la puerta principal y la segunda por la de San Cristóbal.
Madre e Hijo se han encontrado al principio del recorrido, entre la Puerta Principal y la Plaza de África, para después seguir cada uno por sus respectivas sendas. Un camino florecido por los ceutíes y bajo un cielo azul despejado y con el sol de media tarde cayendo lentamente y abrazando ya el manto negro y estrellado de la noche.
A los pocos minutos estaba prevista una exaltación de parte del Padre Arturo que se ha llevado a cabo. Este mismo acto, que igualmente se haría en Hadú, no ha podido ser allí, pero se ha querido hacer del mismo modo y sin que falte ningún detalle, en este otro escenario.
La imagen del Cristo ha sido portada por los fieles hermanos de la Cofradía. Un sentimiento único que ellos saben expresar mientras llevan al Hijo. Esta primera talla ha sido custodiada por un numeroso grupo de Guardias Civiles. En el caso de la Virgen, en una parihuela confeccionada por los miembros de la Hermandad, y con un manto color champagne, el cual sale por primera vez tras algo más de una década con el azul. Retomando viejas tradiciones, que parecen que vuelven para quedarse para próximas veces. María Santísima de las Lágrimas ha estado custodiada en todo momento por siete miembros del Grupo de Regulares 54 de Ceuta.