La Hermandad de las Penas ha vuelto a realizar, en la iglesia de San Francisco, su tradicional via crucis, con más de 30 años de antigüedad en Ceuta, después de un parón debido a la pandemia. Más de un centenar de personas han acompañado la lectura de los pasajes bíblicos de las 14 estaciones que comienzan con la condena de Jesús y concluyen con su crucifixión y muerte.
Tras el via crucis propiamente dicho, la figura de la Virgen de las Penas ha sido portada entre 53 personas –con relevos- para dar la vuelta a la Plaza de los Reyes y meter la figura de la Madre de Dios en la sede de la hermandad, a la vuelta de la esquina.
La imagen del Cristo de la Humildad y Paciencia se ha quedado en la iglesia, porque el Viernes de Dolores se realizará el via crucis correspondiente al Consejo de Hermandades. En cuanto a la Virgen, permanecerá en lo alto del paso hasta el Jueves Santo, cuando saldrá junto a su Hijo –llevado por 70 costaleros- en procesión.
Las lecturas de pasajes del Nuevo Testamento han sido realizadas por varios feligreses para cumplir con las 14 estaciones, en cada una de las cuales se iban trasladando los tres ciriales portados por tres personas.
En cada parada, además de la lectura de los textos sagrados por parte de los feligreses, ha participado el cuarteto musical Juan Beltrán, llamado así en honor a un compañero fallecido el año pasado. Los cuatro músicos, con un saxofón, una flauta y dos trompetas, han puesto sonido al via crucis con música de capilla y diversas marchas de Semana Santa. Algunas de las piezas eran harto conocidas, como es el caso del Adagio de Albinoni.
“Momentos llenos de sentimiento”
El prior y director del colegio de San Agustín, el Padre David, quien ha oficiado de maestro de ceremonias al ser también el director espiritual de la cofradía, ha declarado que se trata de “momentos llenos de sentimiento para los cristianos por acompañar a Jesús en sus últimos momentos, cuando fue capaz de dar la vida por cada uno de nosotros, simplemente por amor, sin esperar nada a cambio”.
En su opinión, “eso es lo que tiene que identificar a un cristiano, a un cofrade, en este año tan especial para las Penas”.
El Padre David ha asegurado que le “llaman la atención” las tres caídas de Jesús, porque “enseñan que lo malo no es caerse, sino no querer levantarse, y Jesús lo predica con el ejemplo”. Por lo tanto, el sacerdote ha reclamado “que seamos conscientes de que nosotros, a pesar del día a día, no debemos quejarnos tanto”. Al contrario, lo que hemos de hacer –ha añadido- es “aceptar la cruz que nos toca vivir a cada uno y cumplir nuestra vocación como cristianos”.